Milenio

La alegría en Croacia

- Agencias/Zagreb

Una ciudad vestida de rojo y blanco. Sin abandonar la euforia pese a la derrota en la final del Mundial ante Francia, Zagreb recibió a la selección nacional de futbol, de regreso al país tras el histórico subcampeon­ato en Rusia 2018.

Según la policía, unas 550 mil personas, o sea del 10 al 15 por ciento de la población de Croacia, salió a las calles para recibir a su selección.

Le llevó unas cinco horas al autobús de la selección ir desde el aeropuerto hasta la plaza Jelacic, en el centro de la ciudad. Algo nunca antes visto a excepción de la misa que dio el Papa en 1994.

Ni el general Ante Gotovina, considerad­o por sus compatriot­as un héroe de la guerra de la independen­cia contra las fuerzas serbias (1991-1995), reunió tanta gente a su regreso al país en 2012 tras ser absuelto de su pena. Fue Luka Modric quien le robó ese protagonis­mo.

“¡Gracias, Croacia!”, gritó Modric a la muchedumbr­e.

“Jugamos en Rusia por todos ustedes. Por toda Croacia. Por todos los croatas de BosniaHerz­egovina, de la diáspora, así como por nuestros veteranos”, dijo el otro héroe, el entrenador Zlatko Dalic. “¡Croacia antes que nada!”, agregó.

Después del himno, los jugadores y el público cantaron a coro Moja domovina (“Mi patria”), canción patriótica muy popular en la década de 1990.

En las pantallas se vio a Modric. El animador gritaba “Luka...” y el resto terminaba con un atronador “¡Modric!”. Igual con Mario Mandzukic, Dejan Lovren y toda la plantilla.

Niños, ancianos, habitantes del lugar e incluso extranjero­s gritaban. El clima era festivo, con todo un pueblo con ganas de celebració­n pese a no haber podido levantar el trofeo.

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Luka Modric, en la celebració­n

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