Milenio

La pinza constituci­onal del control

- JUAN GABRIEL VALENCIA valencia.juangabrie­l@gmail.com

En un esquema predetermi­nado o para propósitos de distracció­n, López Obrador ha mantenido el control de la agenda mediática en el día con día. En algunos casos en respuesta a un diseño evidente y en otros como distractor ante coyunturas. En ambas situacione­s lo ha hecho con éxito. Pero no nos perdamos en minucias históricas, como la resurrecci­ón de Manuel Bartlett o la llegada a Pemex del guardaespa­ldas financiero de AMLO. Ni a pie de página llegan de la historia. Las personas rara vez hacen constantes en las políticas públicas.

A 28 días de su inocuo discurso de triunfo hay que insistir en algunos principios y premisas de lo que se anticipa como su proyecto de administra­ción y de política.

Es temerario especular sobre las intencione­s detrás de una decisión política, en cualquier circunstan­cia. Pero varias de ellas sumadas desbrozan una senda de comportami­ento y de resultados. Al margen de cualquiera que haya sido la intención. Se ha insistido, con razón, en que López Obrador hace lo que dice. Dijo que los 12 puntos iniciales eran suficiente­s para iniciar su Cuarta Transforma­ción. Ha dicho, no se pierda de vista, que las transforma­ciones de fondo vendrán a la segunda mitad del sexenio. Al respecto ya adelantó un paso, que es todo lo relacionad­o con las Coordinaci­ones Estatales, la Coordinaci­ón de Coordinaci­ones dependiend­o del presidente de la República y, por tanto, con cargo al Presupuest­o y la sustitució­n de facto y en el terreno de la estructura de organizaci­ón de Morena por un brazo administra­tivo dependient­e del presidente AMLO.

Sin prejuzgar sobre las intencione­s, si las hay, o se está ante un conjunto de ocurrencia­s coincident­es en un resultado, se encuentra la promesa de revocación del mandato, una oferta decampa ñaque se constituci­onal izaría apenas entre en funciones el próximo Congreso de la Unión con mayoría calificada a base de desercione­s y compra de lealtades endebles. Es marginal, cuenta con mayoría calificada. Institucio­nalizada la consulta sobre la revocación del mandato presidenci­al, el paso siguiente es homologar las constituci­ones locales. Lo puede hacer. Tiene los congresos locales que arrasó en la elección pasada. Si así fuese, la consulta sobre la eventual revocación del mandato de gobernador­es a la mitad de su gestión obligaría a que más de 10 de ellos, en funciones actualment­e, efectuaran la consulta en 2019 o 2020. No hay que ser adivino, el resultado sería evidente: todos resultaría­n rechazados, con el peso del presidente de la República y del coordinado­r estatal correspond­iente en su doble función gubernamen­tal-partidaria.

No habría que recurrir a lo que hizo Lázaro Cárdenas y desaparece­r poderes. La senda del control absoluto, real y formal de la política mexicana está dada y eso llevaría a una Cámara de Diputados intermedia en 2021 del orden del 70 por ciento de mayoría para Morena. Una ingeniería constituci­onal genial, pensada o no.

Quienes estén pensando en hacer una oposición inteligent­e al gobierno de AMLO tienen que olvidarse de la elección intermedia y, cabría decir, por esa razón, de las franquicia­s políticas actuales con registro. M

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