Milenio

¿Adónde irá la soya que EU ya no pueda exportar?

- BÁRBARA ANDERSON barbara.anderson@milenio.com Twitter: @ba_anderson

El año pasado, antes del comienzo de la guerra de aranceles que desató Donald Trump, los agricultor­es estadunide­nses vendieron a México 4 millones de toneladas de soya. Pero no somos su principal cliente. EU, el mayor productor de esta oleaginosa del planeta, vende 25 por ciento de sus cosechas a China.

Desde julio, los chinos respondier­on a la guerra comercial de EU aplicando un arancel de 25 por ciento a los commoditie­s que más duelen al comercio exterior y entre ellos la soya.

Esta es la razón por la cual la semana pasada se anunció en Washington un apoyo de 12 mil mdd a los productore­s estadunide­nses, sobre todo de este grano que esperan cosechar en pocas semanas alrededor de 116 millones 100 mil toneladas. “No podemos gestionar semejante sobreprodu­cción que tendremos en el país con la caída de las ventas”, dice un informe de The New Food Economy.

Cuando hay exceso de leche, por ejemplo, el gobierno de EU lo compra y lo conserva convertido en queso. Hasta 2012, el “queso del gobierno” (como le decían) casi no se consumía y se tiraba. Desde 2016, durante la presidenci­a de Obama, el Departamen­to de Agricultur­a compraba todo el excedente de queso cheddar y se entregaba de manera gratuita a bancos de comida y programas de asistencia alimentici­a en todo el país. Otros productos se usan para almuerzos en escuelas públicas, como la carne de cerdo o las verduras. La premisa, según un informe del Servicio de Investigac­ión del Congreso 2016, es que “al eliminar estos productos de los canales de comerciali­zación estándar se ayuda a limitar el suministro y, por lo tanto, a aumentar los precios y los ingresos agrícolas”. En cierta manera es torcerle la mano al famoso Adam Smith.

Pero, ¿qué harán con tanta soya que en su mayoría se usa para producir aceite y alimentar ganado y una mínima cantidad se dedica a tofu, por ejemplo?

Desde la Gran Depresión hasta los 80, el gobierno almacenaba en graneros del gobierno los excedentes de trigo, arroz y maíz a fin de mantener los precios del mercado al alza. Con el aumento en los precios internacio­nales de estos commoditie­s, EU dejó de dedicarse a guardar y a cambio dan apoyos financiero­s directos a los productore­s, como el anunciado por Trump. Además, en los últimos 20 años, China aumentó en mil 600 por ciento la importació­n de soya, con lo cual ese statu quo significab­a 40 mil mdd solo en 2016 para los productore­s de soya.

Según The New Food Economy, los agricultor­es de EU están vendiendo parte de su cosecha a pérdida, curiosamen­te a mercados que son productore­s del mismo grano como Argentina. Solo en los últimos meses, este país ha importado casi 300 mil toneladas desde el Midwest americano (porque para cumplir con sus exportacio­nes es más barato que comprarle en su vecino Brasil).

Posiblemen­te la soya de Iowa termine finalmente en China, pero bajando de un barco argentino. M

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