¿Por qué ese... apodo a la ciudad?
Supone, quizá hasta sospecha el cronista que esta manía pagada de teclear sobre la ciudad en este periódico, y en una sección titulada con deformación literal del nombre de la urbe, ha contrariado a algunos supcestabilímos lectores que creen vivir todo el tiempo en un mismo invariable lugar, en el caso la ciudad capital del país llamado México (con equis, x, que se torna en jota, j,… cuando no con ge, g), y el tecleador, en lugar de disculparse ante esa posible queja o reclamación respondería, si fuese algo majadero… que a veces lo es, diciendo que la columna verbal así impresa es inequivocamente suya: un espacio asignado por don Carlos Marín, ¡saludo y un abrazo!, para teclear lo que le ocurra al al tecleante de marras acerca de sucesos actuales o actualizables, qué carambas. En fin, ándese cada uno con sus asuntos y que los indignados virtuales pongan su posible furia en otro lugar más enfurecedor, si es que en el mundo lo hay.
CARTA DE ESMÓGICO CITY pues porque la ciudad está muy agringada y empapada de esmog, ese humo venenoso que a dario respiramos por nariz, boca y poros como peces ya en canasta, que nos ennegrece las sabanas, el ánimo y la exisencia y proviene del automovilismo desatado, excesivo y ruidoso que apretadamente nos rodea. M