Cavernícolas
La NFL arrancó una temporada esencial para disfrutar de este deporte en el futuro, ya que con el objetivo de disminuir los problemas de salud de sus jugadores ha modificado sus reglas
El jueves comenzó la pretemporada más importante para la NFL desde que sigo este espectáculo, hace tres décadas. La razón es que la liga decidió implementar una regla vital para la supervivencia del futbol americano. Esto ante la crisis que enfrenta, debido a las conmociones cerebrales y las terribles consecuencias de las mismas.
La gravedad de la situación, bien retratada en la película Concussion, de Will Smith, ha llevado a la NFL a llegar a un acuerdo fuera de las cortes con ex jugadores por un billón de dólares, y a tomar esta nueva medida de penalizar el iniciar contacto con el casco con 15 yardas de castigo, primero y diez automático e incluso expulsión para el agresor.
Esta ineludible y muy necesaria regla tendrá un impacto enorme para la NFL en varios frentes que describo a continuación.
El primero y más importante, desde mi óptica, es que con esta regla, la NFL puede recuperar el futbol americano como deporte para quitarle el tinte de espectáculo romano entre gladiadores en el que se había convertido con atletas usando un casco como arma.
Hay que reconocer que después de varios años de ignorar el problema, e incluso alcanzar el acuerdo mencionado fuera de las cortes, la liga finalmente ataca este hecho de frente y deja de titubear con medidas preventivas que se estaban quedando cortas.
No he parado de leer y escuchar a cavernícolas argumentando todos los contras de la regla.
Muy probablemente los aficionados que critican este castigo, lo hacen desde la comodidad de su sillón, sin la experiencia de haber recibido un impacto de un atleta de alto rendimiento exacerbado con elementos como un casco con una barra.
La regla tendrá un impacto enorme en los normalmente apretados marcadores de la NFL. La incertidumbre en el resultado generada por expulsiones se verá incrementada esta temporada y tal como sucede en el soccer, una expulsión puede determinar el rumbo de un encuentro.
Habrá que ver qué tan rigorista es el criterio y si la mayoría de estas expulsiones son de jugadores de la defensa.
¿Se imaginan si un apoyador defensivo tan determinante como Von Miller, designado MVP del Supertazón 50, hubiese sido expulsado de ese juego después de cometer una falta de este tipo?
La medida no es tan complicada y desde mi perspectiva, fueron claras las cuatro infracciones a esta nueva regla marcadas en el juego de Salón de la Fama del jueves entre Osos y Cuervos. Además, para entender cuál sería una expulsión evidente, basta ver los cobardes impactos iniciados con el casco que aguantó Davante Adams por parte de Danny Trevathan y Thomas Davis la temporada pasada.
Si los cavernícolas que se oponen a la regla no la entienden con esos dos ejemplos, estos salvajes deberían ir cambiando su violenta afición hacia otra forma de canalizar sus frustraciones.
Las expulsiones también pueden desencadenar que los entrenadores en jefe armen planteles más robustos del lado defensivo. Ya que normalmente la lista final de 53 elementos cuenta con un equilibrio entre jugadores ofensivos y defensivos.
Finalmente, otros cambios como los implementados en las patadas de salida, servirán para reducir las conmociones, sin embargo, esta regla es la prueba de fuego para la NFL y todo su ecosistema: dueños, entrenadores, jugadores, aficionados, televisoras, medios de comunicación y patrocinadores.
Es momento de recuperar este deporte del espectáculo romano de