Me quedé corto
Lo del echeverrismo tardío de AMLO no es una metáfora. Está llegando a extremos grotescos. Más acá de lo chusco, debiese ser motivo de una reflexión que permita explicarnos el fenómeno. Treinta millones de votos son... un chingo. Votaron contra un “modelo”, llamado PRIAN o neoliberalismo.
Votaron a favor de un “modelo” estatista y nacionalista. El “modelo” del echeverrismo tardío.
La fuerza de la ideología de la “Revolución mexicana” sigue siendo inmensa. Hay una nostalgia por ese pasado. Las verdades a medias cautivan a muchos, es mágico hablar del crecimiento del PIB a tasas de 8%. En todas las capas sociales y en todos los niveles de escolaridad triunfó la añoranza de ese “modelo” y su restauración a través de AMLO, Morena, los salinistas del PT, los mochos del PES, la derecha del PAN y sobre todo el echeverrismo de carne y hueso: Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez (los menos impresentables) Ignacio Ovalle, los parientes de González Blanco y Ortiz Mena. Toda la vieja clase política de la era del echeverrismo está dentro del gobierno de AMLO.
Una inmensa cantidad de ex militantes de las izquierdas está embaucada con AMLO. Ha regresado a los viejos credos del “antiimperialismo”, del castrismo en venta de garaje, el madurismo y orteguismo criminales, todo bajo el manto del “cardenismo del General”.
Muchos tienen debajo de sus máscaras democráticas las “reservas mentales” de las que hablaba Togliatti y desdeñan la democracia representativa, ni siquiera con el triunfo de AMLO asumen que exista en México un sistema electoral democrático. Están seguros de que pronto habrá que echar a la basura toda esa “desviación burguesa e imperialista” para instalar la verdadera “democracia directa y popular”, que ponga fin a la “manipulación burguesa “de la libertad de prensa, que solo favorece a los poderosos.
El echeverrismo tardío en el poder es una expresión de la derrota histórica del pensamiento libertario que surgió en el movimiento del 68.
También es el precio de la derrota del socialismo soviético, chino, coreano, cubano y del llamado “socialismo del siglo XXI”.
Hay nuevos desafíos para reiniciar desde el principio un camino libertario.
Ahora está disperso y confundido. M