Milenio

De vuelta al futuro

Los Raiders recurren a Jon Gruden para regresar a los primeros planos

- Miguel Boada Nájera/ Ciudad de México

Es un equipo que le gusta estar en la mira. Lo estuvo en la temporada 2003 cuando pasó de ser el campeón de la AFC a una marca de 4-12, eso se repitió los siguientes 12 calendario­s, ya que no tuvo récord ganador en ninguno de esos años; volvió a ser noticia en 2016, cuando el proyecto de Derek Carr y Jack del Río le cambió el perfil y lo llevó de regreso a la postempora­da, aunque su QB se lesionó al final de la campaña y perdió en su debut. El año pasado todo se descompuso, perdió la memoria y terminó 6-10. ¿Qué pasará ahora?

El equipo se vio diferente la campaña anterior con el mismo talento que le permitió tener un 12-4 en 2016, eso lo llevó a regresar a los viejos tiempos teniendo a Jon Gruden como coach.

Al menos en esa parte el equipo Negro y Plata ha refrescado el ambiente, pero también al entrar a una nueva filosofía llega otro plan de juego. Y qué tan rápido el equipo aprenda y ejecuta ese plan es lo que determinar­á el éxito, talento tiene para lograrlo.

Una de las prioridade­s es que Carr vuelva a ser el quarterbac­k de los 28 pases de anotación y solo seis intercepci­ones del 2016, porque si se mantiene el Derek del 2017 inseguro, menos paciente y sin una conexión total, de poco va a servir el talento que consiguió.

Para empezar, tiene a uno de los mejores grupos de receptores de la Americana con Amari Cooper como líder, y quien ahora es acompañado por Jordy Nelson y Martavis Bryant, nombres con los que, de no haber problemas de egos, pueden destrozar a cualquier defensiva.

El equipo manejará una ofensiva de la Costa Oeste, en la que se explota al grupo de corredores. Esta parte la tiene cubierta, por lo que será necesario ver que Marshawn Lynch sea otro de los caballitos de batalla.

El potente corredor asegurará un buen ataque terrestre, pero la incógnita será si la línea ofensiva podrá ser lo efectiva y dominante que fue hace dos años, cuando no dejaron que su QB fuera amenazado, siendo el equipo que menos capturas permitió (18).

Si la ofensiva promete un renovado perfil y muchos puntos, la defensiva debe tener una mejora notable, solo si se resuelven los problemas con Khalil Mack, quien sigue sin firmar.

El conjunto necesita que su línea y sus linebacker­s concreten más presión al quarterbac­k, ya que el año pasado fue el 24 en capturas y 26 en yardas por aire, y eso se tradujo en 23.3 puntos promedio permitidos.

Jon Gruden debe tener impacto inmediato porque hay talento, pero el Oeste será parejo.

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FOTO: AP

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