CAMBIO DE PIEL
Vivimos nuevos tiempos, distintas maneras de acercarnos al lector (televidente) y ejercer el periodismo de modo responsable. Varias generaciones de estudiantes de periodismo y de comunicación llevaron bajo el brazo el Manual de periodismo, escrito a cuatro manos por Vicente Leñero y Carlos Marín, libro valioso para analizar cómo se genera información en la prensa escrita y hallar una serie de definiciones eficaces en el momento de plantear un reportaje, una crónica, una entrevista o una nota informativa con suma claridad.
Ahora con las nuevas tecnologías y la información que recorre un sinfín de espacios electrónicos, el periodismo se hace con otra metodología. Hay un antes y después en el periodismo con la llegada de la palabra multimedia. De eso precisamente trata este libro de Ricardo Raphael que escribe en colaboración con Lizeth Vázquez Castillo.
Ricardo Raphael es un periodista interesado en los derechos humanos y en que se ejerza la ética en el periodismo. Esa ética queda expuesta cuando se refiere a la posverdad, “que tiene como constante el menosprecio por la evidencia, los hechos y los elementos objetivos del contexto. Cuando lo verdadero y lo falso pueden ser confundidos masivamente llegó el momento de preocuparse por la civilización”, refiere. Y cuando eso ocurre surgen las llamadas fake news que, como recuerda Raphael, Trump “cometió un abuso de la retórica para afirmar que los medios o las personas son fake news: lo serán en todo caso las noticias, pero no sus emisores.”
Entre los doce desafíos para el periodista en la era multimedia, nombra la velocidad en la producción de contenidos, dado que los usuarios buscarán obtener información de forma inmediata. El periodista deberá tener cuidado de no colocar un texto sin antes haber corroborado datos. El autor afirma que la velocidad es enemiga de la profundidad y que el lector (televidente) posee ciclos de atención mediática más cortos. También se indica la facilidad con la que se puede organizar una protesta social a través de las redes sociales; en este punto cita el #yosoy132 en México y a los indignados en España, por ejemplo. Asegura que el poder es sensible a los movimientos virtuales, pues “nunca antes los políticos, representantes populares, funcionarios, empresarios o líderes sociales se habían visto tan temerosos de la demanda ciudadana”.
El punto en común de la enseñanza de Leñero y Marín y esta nueva manera de Periodismo urgente. ejercer el diarismo consiste en que el periodismo serio, como postula Raphael, permite distinguir entre la información fabricada y aquella que podría ser verdadera. Hoy vivimos, sin duda, un cambio de piel. m