Pasar el pack eleva riesgo de trata y porno infantil, alertan
Extorsión, fraude y secuestro, peligros que enfrentan menores
El riesgo de que estudiantes de educación básica y media superior sean víctimas de acoso escolar o de otros delitos graves como lo es, por ejemplo, la pornografía infantil o la trata de personas ha aumentado debido al incremento en el consumo y distribución de fotos eróticas por medio de las redes sociales, práctica denominada como “pasar el pack”, así lo advirtió el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México.
La organización informó que en el marco del programa Juntos contra el bullying, detectó que esta conducta se ha extendido no solo entre los alumnos de secundarias y de nivel bachillerato, sino hasta en menores de entre 11 y 12 años de edad que cursan quinto y sexto grado de primaria.
A través de un comunicado, el Consejo, que encabeza Luis Wertman Zaslav, señaló que este tipo de acciones llegan incluso a provocar agresiones entre los mismos estudiantes, como la que se conoció recientemente a través de un video que circula en internet en el que las alumnas de una escuela privada agreden a su compañera reiteradamente. “A partir de que el material es visto por cualquier persona corren el riesgo de perder su privacidad, añadiendo que la difusión de este puede afectar emocionalmente a las personas, además existe la posibilidad de ser víctima de algún delito como extorsión, fraude, secuestro o trata de personas. En otros casos pueden ser acosados por redes de trata o de pornografía infantil y se llega a la comisión de un delito al almacenar o compartir —las fotos o videos—, planteó el organismo.
Ante la situación recomendó tanto a los estudiantes como a los padres de familia no publicar información o datos personales o familiares en las redes sociales, evitar el envío de packs, pues aunque no se tenga la intención de compartirlo con otra persona, dicho material puede ser robado y utilizado para fines ilícitos.
Por otro lado, en el caso de que les llegue un pack borrarlo de manera inmediata, no agregar a las redes sociales a personas que no conozcan físicamente, no compartir las contraseñas de ninguna plataforma o red y recalcó usar los medios electrónicos con mucha responsabilidad y a denunciar el acoso sexual. “El Consejo reconoce que dicha actividad está enmarcada en el proceso de desarrollo de la sexualidad de niñas, niños y adolescentes, pero si no se habla con ellos al respecto del tema, se corren muchos riesgos principalmente porque es una acción que se desarrolla comunmente en las redes sociales, en las que las personas pierden el control fácilmente o no son conscientes sobre lo que llegan a compartir o con quién”, afirmó.
Asimismo, el Consejo Ciudadano capitalino puso a disposición el número 5533-5533 para denunciar y pedir apoyo jurídico. m
Que todo cambia es un principio ético y filosófico que suele ignorarse. De ahí, por ejemplo, la idea del “eterno femenino” como la idealización de “la” mujer poseedora de ciertas virtudes eternas: modestia, castidad, amabilidad, delicadeza y pureza, entre otras.
Primeramente, si todo cambia, esa idea de la mujer es falsa. Pero lo que es más grave, ¿en verdad se trata de virtudes? La modestia es una soga al cuello, ¿por qué no reconocer los propios logros? La castidad es una enfermedad mental antinatural. Ser amable siempre es una necedad: se ama y se es amable con quien lo sabe apreciar. Ser delicado es un vicio que nos aleja de la naturaleza salvaje y la idea la de pureza responde a ideologías muy cuestionables, como lo supo la poeta Alfonsina Storni en “Tú me quieres blanca”. Dije poeta, no poetiza. La RAE y sus afanes de eternidad rayan en lo ridículo: el lenguaje, como todo, cambia y nada puede frenar su devenir. Storni fue poeta y si ellos lo quieren, poetos serán.
No se empuja al río para que fluya, pero tampoco se le puede detener por siempre. El lenguaje fluye de manera natural y no podemos imponerle cambios artificiales porque es fiel reflejo de la sociedad. Decimos: “Niños, pasen al salón” y ahí vamos también las niñas; “todos somos seres humanos” y nos sentimos aludidas las humanas; “el hombre es un ser pensante” y creemos que va incluida la mujer.
Esa forma de expresión responde a siglos de considerar inferior a la mujer y la situación no cambia por el lenguaje, pero el hecho de notarlo y reclamarlo impulsa el cambio de la vetusta masculinización del lenguaje.
Es verdad que “tod@s o todxs” son palabras que no pueden leerse, que “todes” resulta ajeno y “todas y todos” nos tiene hartos y hartas… pero hay que escribirlo y decirlo porque toda utopía está para señalarnos lo lejos que estamos de la justicia.
Olvidemos los ridículos purismos de la RAE y sus monaguillos de rancio tufo; para diccionarios el Corominas, que precisamente muestra el devenir del lenguaje.
Lo demás es vanidad de vanidades y persecución del viento… al que nadie puede atrapar porque fluye y cambia. Sí: todo cambia. m