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estimar que el individuo tenía al menos 13 años”, dijo la especialista Bence Viola, de la Universidad de Toronto (Canadá).
Los restos fueron encontrados en 2012 en la cueva de Denísova (Siberia) por investigadores rusos. El hueso fue trasladado a Leipzig para ser sometido a un análisis genético,con el cual comprobaron que se trataba de un homínido. “Un aspecto interesante de este genoma es que nos permite aprender cosas sobre dos poblaciones: los neandertales por parte de su madre y los denisovanos por parte de su padre”, explicó el coautor del estudio Fabrizio Mafessoni, del centro de investigación alemán.
De acuerdo con los expertos, la madre se encontraba genéticamente más cerca de los neandertales que vivían en Europa occidental que de los que residían en la cueva de Denísova.
Esto muestra que los neandertales migraron entre Eurasia occidental y oriental decenas de miles de años antes de su desaparición, según los científicos.
El padre denísova, por su parte, tenía al menos un antepasado neandertal en su árbol genealógico. “Desde este genoma podemos detectar múltiples interacciones anteriores entre neandertales y denisovanos”, declaró uno de los responsables del estudio, el investigador Benjamin Vernot. “Es sorprendente que hayamos encontrado este fósil neandertaldenísova”, dijo Svante Pääbo, autor principal y director del departamento de Genética Evolutiva del instituto de investigación. “Quizá estas dos especies humanas no tuvieron muchas oportunidades para conocerse, pero cuando lo hicieron, debieron de aparearse con mucha más frecuencia de lo que pensábamos”, sentenció Pääbo. m