Es hora de levantarse
América fue a León y ofreció un rendimiento pobre que se tradujo en una derrota, algo que no puede permitirse y que debe remediar ante Pumas
América vive un momento de duda, se mira en el espejo y no se reconoce. Las Águilas han perdido identidad en los últimos dos partidos, anoche fueron un equipo irreconocible que se partió en todas las líneas y aunque terminó atacando con todo lo que tenía disponible fue incapaz de poner en aprietos al León, un equipo sensato que le propinó su segunda derrota del torneo, por 2-0.
América no anda, parece que ha vuelto esa imagen de un equipo de bandazos, y ahora resaltan más los negativos. Anoche se encontraron con una de sus peores pesadillas: Mauro Boselli, encontró sus primeros goles del torneo ante el rival que más le gusta. Al que más goles le ha marcado en su estancia en México. Anoche llegó a 101 en el futbol mexicano y a las Águilas les ha marcado 11.
Aunque las Águilas salieron a reencontrarse después del empate con Querétaro, se toparon con un equipo que también vivía un momento de necesidad apremiante. La imprecisión marcó el tono del arranque, pero fue el conjunto de Gustavo Díaz el que se asentó más rápido en el campo.
Los del Bajío sorprendieron a los capitalinos al minuto 10, cuando Fernando Navarro mandó un centro que Boselli cabeceó en el área luego de anticiparse a Edson Álvarez, el experimentado atacante argentino se comió al central azulcrema y su remate fue imposible para Marchesín.
Lo que vino después fue una incapacidad del América para reaccionar; el cuadro del Piojo no tiene esa cualidad, no posee el arrebato que le permita darle la vuelta a un juego, así el pasó con Necaxa en la Jornada 1 y anoche quedó de manifiesto que ir a remolque le cuesta sobremanera.
En América no aparece su gente de desequilibrio, ayer careció de un jugador que agitara el partido o que asumiera una faceta de catalizador. A Diego Lainez le van tomando el pulso, le cerraron los caminos, no pudo generar una acción con su regate. Los esbozos de reacción de los de Coapa fueron más a trompicones que con buen futbol, pero los mismo eran bien contenidos por León, es más, ni siquiera tuvieron la posibilidad de exigir a Rodolfo Cota.
Estuvo más cerca el segundo gol de La Fiera que el empate del América, aunque Marchesín negó a Boselli en dos ocasiones. El conjunto americanista ya estaba fracturado y no veía la bola, era incapaz de hilvanar pases y mucho menos asociarse entre líneas. Muy impreciso, el equipo del Piojo jugaba más en lateral que en vertical, lo que facilitaba la labor defensiva de los dirigidos por el Chavo Díaz.
Miguel trató de mover su equipo realizando ajustes con los mismos hombres que tenía en el campo, pero tampoco le resultó pasar a Lainez a la izquierda, a Andrés Ibargüen como acompañante de Guido Rodríguez (quería que el colombiano fuera un lanzador y generador de juego y no fue ni una ni otra cosa). Tampoco prosperó poner a Mateus Uribe por la banda derecha.
De hecho, para explicar lo que vive América hay que ver a Mateus; el mediocampista colombiano no se ha enganchado a la dinámica del club, el semestre pasado fue uno de los de más alto rendimiento y ahora sus picos no rebasan el promedio. Se marchó en el segundo tiempo con berrinche de por medio en la caseta de suplentes.
En el cierre del primer tiempo se dieron los minutos más frenéticos, hasta el 43’, Roger Martínez pudo tirar a gol, pero el balón fue desviado a tiro de esquina. No hubo más noticias de la ofensiva azulcrema, que tuvo un desempeño paupérrimo. Para el segundo tiempo, el
Piojo sacó a Lainez para darle ingreso a Cecilio Domínguez, pero el paraguayo tampoco anda, tampoco fue una solución que cambiara el rostro impreciso a las Águilas, no tuvo vértigo ni desequilibrio. Después probó con Renato Ibarra por Mateus y fue más de lo mismo, el ecuatoriano tampoco fue de mucha ayuda, no cuajó una jugada y apenas tuvo un desborde que acabó en un mal centro que Cota recogió sin problemas.
Encima, las Águilas fallaron en defensa, si no encontraban el camino para resurgir, ellos mismos se cerraron la puerta con el segundo gol de La Fiera, propiciado por un yerro mayúsculo de Bruno Valdez.
El paraguayo le ganó la posición y la posesión a Maximiliano Cerato, pero cuando tuvo toda la opción de reventar la pelota, trató de estrellársela al argentino y le regaló la bola, luego, apenas y lo tocó en el área, pero el árbitro Marco Antonio Ortiz marcó penal. Quizá los dichos de Herrera del pasado fin de semana le pasaron factura. Y desde el manchón Boselli engañó a Marchesín. Partido liquidado al 64’.
No hubo reacción del América, de hecho se salvó del tercero por un buen cierre de Vargas a una llegada de Montes. América acabó atacando con Ibargüen, Renato, Cecilio, Oribe, Roger y Henry, pero no por tener mucha gente de condiciones ofensivas un equipo será peligroso, porque las Águilas no tuvieron un punto de encuentro. Esos recambios que Miguel resalta en la sala de prensa no responden en el campo.
América carece de capacidad de reacción y comete fallos decisivos en defensa. Esa es una combinación muy peligrosa y riesgosa para un equipo que aspira a pelear por el título. El punto de mejora tiene que llegar, apretar tuercas y volver a lo básico, recuperar el mejor estado anímico y futbolístico de sus jugadores, tareas que el
Piojo debe ejercer de inmediato porque el próximo partido es el primer clásico de la temporada, en casa contra unos Pumas que llegarán al estadio Azteca con la necesidad de salir de una racha un poco más crítica.
Son días ásperos en Coapa, para muestra está que Miguel Herrera se haya levantado de la conferencia sin responder preguntas, algo atípico en él. América no puede permitirse una actuación como la de anoche, está diseñado para otras cosas, tiene que levantarse y debe hacerlo ya.