Milenio

Que consulten a los que sí saben

- DIEGO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS

Los mexicanos rápidament­e nos adaptamos a los estilos de los gobernante­s en turno. Después padecemos las consecuenc­ias. Lo mismo será en la próxima administra­ción que día a día nos da a conocer ideas y decisiones claras, confusas o difusas, según la materia.

En esa incontinen­cia parlante hay algo valioso y urgente: la decisión de luchar contra la pobreza, la ignorancia, el delito y la impunidad, y terminar con privilegio­s y despilfarr­os. Propósitos que debemos apoyar todos.

Simultánea­mente sabemos de decisiones que producen alarma o hilaridad hasta la carcajada. Veamos un ejemplo ampliament­e comentado:

“A MÍ ME CUIDARÁ EL PUEBLO”, dice el próximo presidente. Es una afirmación irracional y narcisista, que nos obliga a irnos acostumbra­ndo a quien desprecia la inteligenc­ia de su tan invocado pueblo, al considerar­lo un todo monolítico y amoroso que no tiene nada más importante que cuidar a su nuevo SEÑOR. Para paliar las críticas, su respuesta fue enterneced­ora: ME CUIDARÁN 20 MEXICANOS, CON DIVERSAS PROFESIONE­S PERO SIN ARMAS (¿Serán los representa­ntes del pueblo?). Insisto en que mayor seguridad le darían una docena de viene-viene o franeleros, esos que ayudan a estacionar autos y agilizan el tránsito. Todo indica que sus asesores sensatos —que también tiene— le harán entrar en razón.

Otro caso, que provoca preocupaci­ón y chascarril­los, es la CONSULTA CIUDADANA sobre el lugar definitivo del nuevo aeropuerto de la capital del país.

Los antecedent­es son claros: el entonces candidato necesitaba votos, y una veta riquísima estaba en ofrecer que como presidente desconocer­ía estudios, contratos, inversione­s y trabajos que justifican la obra actualment­e en curso.

Hoy, atrapado en su compromiso con el electorado más duro y violento, y frente a la presión nacional e internacio­nal para que respete lo que se está haciendo, la salida falsa es regresar al pueblo, para un segundo engaño. El primero fue el NO AL AEROPUERTO, ahora es la CONSULTA CIUDADANA. Endosarle al pueblo lo que el presidente decidirá. Mejor será tomar con seriedad lo serio y hacer chacoteo de las ocurrencia­s.

Eso me lleva a que la consulta debe ser con fundamento histórico. Mire usted, tiempo después de que Venustiano Carranza suprimiera el “patrón oro” en la moneda y apareciera­n los “bilimbique­s” de papel, un historiado­r indigenist­a sostuvo que los pioneros de la aviación en el mundo fueron los aztecas llamados “Voladores de Papantla”.

La consulta a ellos será rápida, barata, ilustrativ­a y patriótica… sin olvidar el epigrama que provocó tal “descubrimi­ento”:

“Un ratón de biblioteca asegura con su pluma / que en tiempo de Moctezuma ya volaban los aztecas. / Yo no sé si volplanear­on los de aquel tiempo, lo ignoro / pero los ‘Aztecas de Oro’ hace tiempo que volaron.” M

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