Destaca Clara Obligado potencia del cuento en América Latina
“Nunca para mí fue un género menor”, asegura la autora argentina
Justo antes de la dictadura en Argentina de los años 70, entre 1974 y 1975, Clara Obligado fue alumna de Jorge Luis Borges, quien impartía literatura inglesa en aquellos años. Ser su discípula, recuerda con los años, no solo la hizo leerlo muy seriamente, “uno no sale inmune después de leerlo”, sino que le enseñó la importancia del cuento como género y como creación.
“De Borges aprendí que el cuento es una plataforma literaria de primera línea, más moderna que la novela”, explica la escritora argentina, quien no solo se ha convertido en uno de los referentes en cuanto al cuento hispanoamericano, sino incluso una de sus principales promotoras. “El cuento en América Latina es potente desde hace muchos años; cuando llego a España, en 1976, lo hago con esta tradición cuentística: nunca fue para mí un género menor, pero en España piensan que el cuento se refiere a ‘Caperucita Roja’ y, si bien hay algo de tradición, no es tan potente como en Latinoamérica”.
Bajo el sello de Páginas de Espuma, Clara Obligado ha publicado su libro de cuentos Las otras vidas, además de coordinar las antologías Por favor sea breve, ya con dos volúmenes, dos facetas que le han permitido contar con una perspectiva un poco más amplia de lo que enfrenta el género.
“Los libros entran en crisis con internet y con los best sellers, pero en España los escritores más jóvenes empiezan a irse hacia el
“Hay una búsqueda para armar los libros como un artefacto mucho más complejo”
cuento, porque es un lugar no comercializado, a diferencia de la tradición novelística, mucho más cercana al mercado”, asegura la escritora, quien vino a México para participar en la Feria del Libro de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Clara Obligado imparte talleres de escritura en España, donde radica desde 1976, lo que le ha permitido escuchar cuatro horas diarias de cuentos y darse cuenta de que es muy difícil encontrar un texto original de verdad, porque no se trata de contar bien, sino hacerlo de otra manera “y eso es muy difícil, porque no está relacionado con el argumento, sino con la manera en que contamos las cosas”. “La principal complejidad es romper con las formas tradicionales. Desde que el mundo es mundo, el cuento ha sido una forma de narrarnos, con introducción y desenlace, que siguen est ando, pero me parece que hay una búsqueda para armar los libros de cuentos como un artefacto que sea mucho más complejo que el solo cuento, por lo menos en mi trabajo.”
La cuentista está convencida de que la idea del tema, el fondo de una historia, podría ser más objeto del periodismo, porque le pertenecen a cada escritor, cada uno cuenta lo que le parece que tiene que contar, “me parece que el problema de la literatura siempre es lingüístico y formal, ahí nos diferenciamos de otros géneros”. m