Suave, suavecito, ¿hacia la certidumbre?
Un tuit nos adelantó que habría un acuerdo comercial entre México y Estados Unidos. El lunes los mercados le sonrieron. El S&P 500 subió 0.8 por ciento, a 2 mil 897 puntos; el IPC, 1.58 por ciento, a 50 mil 416.25 puntos, su mejor momento desde febrero; y el tipo de cambio cerró en 18.87 pesos por dólar, una apreciación de 0.99 por ciento.
La tranquilidad se mantuvo con datos similares en los tres indicadores, por lo menos hasta el día de ayer.
“Mostramos madurez y dejamos de ser un país de sexenios y caprichos”, me dijo Gabriel Guerra Castellanos, analista de política internacional y presidente de Guerra Castellanos y Asociados (GCyA). “Por primera vez fuimos serios y pusimos antes el bienestar del país”.
Dos equipos de dos presidentes —uno electo y otro en labores— se unieron, negociaron y lograron lo que parece ser conveniente para México. Al arduo trabajo de Ildefonso Guajardo se unió Jesús Seade, quien se dice sacó de la mesa la temida cláusula sunset y puso los puntos sobre las íes para el capítulo de energía.
Todo es “perfectible”, como señaló Gabriel. Falta que Canadá se sume y hubo concesiones que tendrán consecuencias, pero se logró certidumbre.
Las proyecciones económicas hace un año no eran positivas. Las renegociaciones del TLC, más las elecciones en México proyectaban un tipo de cambio en 25 pesos por dólar. “Se veía el típico tipo de cambio por el cambio de tipo”, me comentó Gabriel entre risa y guasa. Se esperaba también una fuerte salida de capitales y que se deteriorara el riesgo país.
El pasado 5 de julio, en este espacio escribí que el pánico no cundió tras las elecciones, que a AMLO se le dio el beneficio de la duda. Ahora sobrevivimos un segundo evento que nos tenía nerviosos. Parece que se resolvió bien gracias a varios factores, entre ellos que “el clima de colaboración (entre gobierno entrante y saliente) no ha parado”.
Me gusta la idea de no ser un país de “sexenios y caprichos”, como me expuso Gabriel. Los factores que puedan causar incertidumbre no dejarán de surgir. Esperemos que el gobierno entrante tenga la madurez para colaborar siempre en beneficio de México. Eso, querido lector, nos permitirá trabajar, producir, ahorrar e invertir para generar un patrimonio. M