Díaz Ordaz adelantó su intención de usar las fuerzas armadas para garantizar la seguridad nacional, pero los jóvenes aún tenían la esperanza de una salida pacífica, según Felipe de Jesús Galván, del Politécnico
En su cuarto Informe,
El 1 de septiembre de 1968 el movimiento estudiantil se enfrentó a la advertencia. La amenaza. En su IV Informe de gobierno, el presidente Gustavo Díaz Ordaz manifestó: “Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite, no podemos permitir ya que se siga quebrantando irremisiblemente el orden jurídico”. Habían transcurrido 38 días de movilizaciones callejeras.
Hace 50 años, la violencia caminaba, galopaba... Eran las 4 de la mañana del 29 de agosto, en las inmediaciones de la Unidad Nonoalco-Tlatelolco, 60 sujetos encapuchados disparan con ametralladoras sobre el edificio de la Vocacional 7 del IPN. Lo mismo sucedía en la Prevocacional 4. Hay destrozos de puertas, ventanas y mimeógrafos. Queman propaganda del movimiento.
Horas más tarde la escuela es asediada por el Ejército, frente al edificio desplegaron 26 tanques y 13 camiones.
Ese mismo día, a las 3 de la tarde, vecinos de Tlatelolco se alistaban para celebrar un mitin de apoyo a los estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas; sin embargo, el acto es impedido con la presencia de soldados y granaderos, quienes exigen que se dispersen de inmediato.
Llegan sujetos vestidos de civil e ingresan por la fuerza a varios departamentos. Los vecinos se quejan: “Los uniformados se negaron a detener a los provocadores, aduciendo que ellos solamente pueden intervenir si se los ordena un mando”. Los vecinos se defienden desde los balcones y azoteas, desde donde lanzan cubos de agua, tabiques, sartenes y macetas.
Versiones periodísticas registran la presencia del Ejército en las inmediaciones de Ciudad Universitaria y de Zacatenco; paralelamente, hay detenciones de estudiantes en diferentes zonas del entonces DF.
En ese ambiente llega el Informe de Díaz Ordaz. Desde la tribuna de la Cámara de Diputados recordó que puede “disponer de la totalidad de la fuerza armada permanente o sea del Ejército terrestre, de la Marina de guerra y de la fuerza aérea para la seguridad interior...
“No quisiéramos vernos en el caso de tomar medidas que no deseamos, pero que tomaremos si es necesario; lo que sea nuestro deber hacer, lo haremos”.
El Ejecutivo afirmaba que al interior del movimiento estudiantil existían “manos no estudiantiles, visibles fuerzas internas y externas”, y los medios reproducen la versión oficial: los estudiantes son manejados por comunistas.
“Sí, hay que decir que nosotros nos equivocamos, no entendimos que este gobierno iba a usar al Ejército para masacrarnos; ya lo había advertido Díaz Ordaz el 1 de septiembre: me los voy a chingar”, recuerda a MILENIO Joel Ortega, entonces estudiante de Economía de la UNAM.
El entonces brigadista de la Escuela de Ciencias Biológicas del IPN, Felipe de Jesús Galván, asume: “Si bien la esperanza del diálogo estaba disminuida, aún se esperaba la posibilidad de que Díaz Ordaz accediera: todavía no se asomaba el Díaz Ordaz salvaje”.
Vía un Manifiesto a la Nación, el Consejo Nacional de Huelga (CNH) respondió a las advertencias del Presidente: “Solo dejó una disyuntiva a quienes desde el Zócalo hemos exigido una respuesta a las demandas con concentraciones populares: o aceptamos sus ‘soluciones’ sin seguir presionando o se reprime; ahora en definitiva, este movimiento popular apelando al Ejército, la Marina y la aviación.
“Negamos que existan presiones ilegítimas hacia el gobierno, pero la falta de respuesta a una demanda lleva necesariamente a la acción popular: única vía que queda abierta ante un régimen sordo y mudo.
“Hasta hoy no hemos recibido otra respuesta que el aumento de la represión, las amenazas y las calumnias que pretenden cambiar la opinión pública para volverla desfavorable a nosotros”.
Insisten en el diálogo público con autoridades con base a los seis puntos de su pliego petitorio. Proponen que éste sea el 9 de septiembre por la tarde en la Unidad de Congresos del Centro Médico del IMSS y que sea transmitido por radio y televisión.
Incluso el CNH se da tiempo para