Porúltimo...
Eseptiembre de 2018 l arco a lo largo de la historia ha tenido propósitos de defensa, de cacería e incluso de actividad deportiva, lo cierto es que esta herramienta posee carácterísticas únicas donde debe haber equilibrio casi perfecto entre esfuerzo, tensión y fuerza.
En el arte del tiro con arco existe una sutil armonía entre tensar el arco y retener el aliento por una parte, y aflojar y exhalar por la otra: “La idea es que por sobre todas las cosas hay que actuar, porque sin eso no ocurriría nada; un obstáculo a superar, tanto en el tiro al blanco como en la vida”.
La utilización del esfuerzo y la tensión apropiadas, mediante la extensión de la cuerda, para lanzar la flecha con la fuerza correcta sin quebrantar la estructura del arco, es el principio físico y matemático que el hombre ha aplicado para construir y utilizar el arco y también se utiliza para la afinación de los instrumentos musicales; ese es el principio que se usa para la ejecución de Dhanurasana, de acuerdo con el yogui Urdhvabhaga Das.
Encontrar el equilibrio correcto bajo la intensidad del esfuerzo, o el estrés corporal en una postura, es uno de los tantos desafíos que encontramos cuando estamos sobre el tapete de yoga, continúa Das. Este principio lo podemos aplicar, y de hecho lo hacemos, en nuestro quehacer diario: “La pregunta es ¿cómo determinamos el esfuerzo correcto en las situaciones desafiantes?”.
“Esta postura nos permite sentirnos ‘arcos’ en las batallas de la vida, y de esa forma podemos aprender hasta donde hacer, tolerar, forzar, permitir, etc., desenvolvernos de la mejor manera en cada lugar, tiempo o momento y circunstancia de los diferentes encuentros ‘bélicos’ ante nuestros ‘enemigos’ o adversarios. Al descubrir cuál es la fuerza necesaria para cada flecha a ser lanzada, encontraremos la salida de esta interminable batalla del ciclo de nacimiento y muerte, el Samsara, alcanzando Mukti (liberación) a través del Samadhi o la absorción plena con nuestra fuente”.
BENEFICIOS
Con sus seis variantes principales, a nivel físico Dhanurasana flexibiliza y fortalece los músculos de la espalda y la columna vertebral, al tiempo que se estiran y fortalecen tríceps con la tensión que se genera en piernas y brazos. Las piernas también reciben beneficios, en específico los cuádriceps y los isquiotibiales, que se encuentran en la parte posterior del muslo; tonifica los glúteos. Además es un buen ejercicio para pectorales y músculos de los hombros y cuello. Los abdominales también se entrenan porque consiguen mantener elevada la parte superior del torso.
Ayuda a eliminar los efectos perniciosos de enfermedades respiratorias. Mantener la respiración durante el tiempo de la posición final aumenta la capacidad pulmonar y la resistencia.
Asímismo, mejora la postura al estirar la parte anterior del cuerpo, la ingle, los tobillos, muslos, el abdomen y el pecho. También la garganta, y los flexores profundos de las caderas.
A nivel mental alivia el estrés, dado que el cuerpo libera endorfinas y otras sustancias que lo relajan. Lo habitual es que cueste bastante realizar la postura las primeras veces, por lo que al conseguirlo se provoca una sensación de satisfacción. Es una excelente postura para mejorar la concentración para lograr mantenerla hasta el final.