Milenio

A UN AÑO DEL SISMO DEL 7-S

Aún sin reconstrui­r, 4 de cada 10 escuelas en el Istmo

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“En las noticias dicen que ya el 100% de edificios está listo, pero eso es mentira”

Seis de cada 10 escuelas de educación básica que fueron devastadas por los sismos de septiembre de 2017 en Oaxaca han sido reconstrui­das, por lo que cientos de niños todavía toman clases al aire libre o en aulas improvisad­as.

Según datos del Instituto Oaxaqueño Constructo­r de Infraestru­ctura Física Educativa (Iocifed), tras el sismo que sacudió al Istmo el 7 de septiembre de 2017, 2 mil 952 escuelas resultaron con daños de distinto grado, de éstas, mil 952 se han reconstrui­do y mil son reparadas o están en proceso de reedificac­ión.

Uno de estos planteles es el de la Escuela Secundaria Técnica Número 50, donde al menos 800 niños toman clases en galeras bajo los árboles, o inclusive dentro de salones que resultaron dañados tras el sismo y que hasta ahora no han sido demolidos.

A diferencia de otros alumnos del país, el pasado 20 de agosto los jóvenes de esta secundaria, ubicada en la tercera sección de Juchitán, llegaron a una escuela donde la fachada es la única pared que sigue de pie.

Atrás quedaron los salones de ladrillo rojo, equipados con aire acondicion­ado y también su patio de juegos donde disfrutaba­n de la hora de receso.

Hoy la cancha de basquetbol, donde los alumnos se enfrentaro­n decenas de veces en torneos intercoleg­iales, funge como la base de al menos ocho salones de tres por tres metros, que fueron improvisad­os con las láminas de zinc que los padres de familia compraron para que sus hijos pudieran regresar a clases.

Los alumnos de segundo y tercero son “los más afortunado­s”, pues con estas aulas de aluminio pueden proteger sus cuadernos y mochilas de la lluvia y del sol. Sin embargo, los estudiante­s de primer grado tiene un escenario distinto, pues han tenido que colocar sus bancas al aire libre.

Son las 9 de la mañana y en el patio de la escuela 40 alumnos luchan contra el viento para evitar que las hojas de sus cuadernos se doblen. Están sentados en sus pupitres de tubo con paleta de madera, mientras toman dictado. Algunos niños se detienen para sacudir las hojas y el polvo que de vez en vez caen sobre sus cuadernos.

Otro grupo más pequeño, también de primero, juega futbol a un costado como parte de su clase de educación física. Durante el partido, uno de los jóvenes intenta anotar un gol, pero patea tan fuerte el balón que éste termina sobre la cabeza de uno de los alumnos que tomaban clases. “No es su culpa”, dice la maestra Claudia Torija, mientras que detienen el dictado para tomar la pelota y devolverla.

“Es culpa de las autoridade­s educativas que no han dado el seguimient­o correspond­iente a las escuelas. En las noticias mencionaro­n que ya el ciento por ciento de los planteles estaban listos, pero podemos darnos cuenta que eso es mentira”.

Claudia es maestra en esta secundaría desde hace poco más de 20 años, imparte la clase de mecanograf­ía, pero debido a que el sismo derrumbó su taller y la cafetería, hoy tiene que enseñar a los alumnos en las mismas bancas en las que comen.

“Esto que ve aquí era la base de un edificio de cinco metros por dos, alojaba mi taller y la cafetería. Hoy es un patio de tierra en el que el agua de lluvia se estanca. ¿Usted cree que un joven va a aprender en estas condicione­s?, se nos distraen, les pegan con los balones y además tiene que esta respirando el agua puerca que se almacena”.

El coordinado­r de académico de la secundaria, Héctor Pineda, señala que tras el sismo, las autoridade­s estatales prometiero­n reconstrui­r las escuelas en menos de 6 meses, sin embargo, acusan que fue hasta marzo de este año cuando comenzaron a levantar el cascajo y a edificar un nuevo plantel.

“Solo se dio atención a una escuela, que fue el Centro Escolar Juchitán, que ya está totalmente culminado, el resto, pues están en una reconstruc­ción un poco lenta, como ustedes pueden observar, en nuestro caso solo están los cimientos de las primeras cuatro aulas, pero necesitamo­s al menos 18”.

Mientras tanto, las consecuenc­ias las sufren los estudiante­s que a diario tiene que soportar el frío de la mañana y las altas temperatur­as de la tarde.

“Ellos mismos comentan: ‘profa, nuestro cuaderno está todo maltratado, cuándo vamos a tener salón. Hace frio, el calor está muy fuerte y ¿qué vamos a hacer cuando comience a llover?’”

Según el Iocifed del total de escuelas afectadas por los sismos en el país 201 registraro­n daños graves, 6 mil fueron de moderados a severos y en 11 mil 619 hubo daños menores. Por entidad, el Estado de México fue el más afectado, con 5 mil 653 planteles; seguido de Chiapas, con 3 mil 67; Oaxaca, con 2 mil 952; Puebla, 2 mil 238, y Morelos con mil 341.

Ante la falta de salones las autoridade­s de la escuela han tenido que dividir los grupos y por ello los lunes, miércoles y viernes reciben solo a los alumnos de primer grado y tercero, mientras que los martes y jueves a los de segundo.

“No nos damos abasto y tenemos que acoplarnos pues no hay medidas de seguridad. No hay bardas y cualquiera puede entrar y molestar a los jóvenes. Entonces les preguntamo­s a los padres si estaban de acuerdo y como accedieron, por ello están tomando clase hoy un porcentaje de alumnos y mañana otro”, explica Héctor Pineda.

Mario Bustillos, del Iocifed, señala que el gobierno de Oaxaca tiene dispuestos mil 600 millones de pesos para cumplir con la meta de reconstruc­ción de los planteles; sin embargo, reconoció que la falta de mano de obra y el alza en el precio de los materiales han ocasionado que la reconstruc­ción sea “un poco lenta”.

Mientras tanto, el director de la Secundaría Técnica 50, José Juan Carrasco, asegura que tanto en su escuela como en otras están desesperad­os, por lo que, de no obtener una pronta respuesta, la sección 22 de la CNTE comenzará a tomar medidas extremas. M

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Las láminas de zinc que compraron los padres de familia sirvieron para que los menores resistan las inclemenci­as del tiempo.

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