Proteger el empleo en vez de proteger el trabajo
Mi trabajo y mi empleo parecen la misma cosa, pero no lo son. Lo entendí en una charla con Jonas Prising, chairman y CEO de Man power Group.
“La tendencia es moverse de un sistema de seguridad de trabajo, de protección del trabajo a protección del empleo. Los sindicatos y las políticas públicas hasta ahora se enfocaron en proteger a quienes tienen trabajo y eso también lleva a no tomar en cuenta quien no tiene empleo. Los gobiernos y las empresas deben ayudar a su gente a mantenerse empleable, en el puesto que se necesite según evoluciona la economía”, explica.
Uno de los países que ha tomado la delantera en este cambio es Dinamarca, que tiene una especie de ‘flexiseguridad’ laboral. Las empresas pueden cambiar de mano de obra según sus necesidades pero eso no es traumático para la gente, porque esas personas pueden mantener su nivel de vida mientras se capacitan para pasar al siguiente nivel de necesidades que requiere el sector donde se encuentra. “Las compañías entienden que la competencia global cambia y ya no pretenden tener personal por 15 años en su nómina; pero sí tienen el compromiso de ayudarlos a mantenerse empleables. Ese es tu seguro de empleo”, agrega.
No es ninguna novedad que nuestra preparación se acaba con un certificado o un título. “Hay que aprender a aprender de forma continua”, recomiendan los especialistas en RH y uno que otro secretario de Estado buscando modernizar los planes de estudio.
Pero, ¿es solo responsabilidad de cada uno de nosotros? “No, para la learnability (una palabra que él usa mucho para hablar de la actualización continua) todos los actores deben involucrarse. Hay que cambiar la filosofía educativa de ‘te gradúas y estás listo para trabajar’ por una de aprender todo el tiempo, aún trabajando. Las instituciones no han cambiado en lo absoluto en la mayoría de los países mientras los negocios sí y la gente y su empleo también”, sostiene Prising.
¿Es una quimera o ya hay países que han logrado sincronizar educación con ocupación? “Un buen ejemplo es Singapur, donde cada ciudadano recibe un fondo anual para capacitación y es una política de Estado que usa finalmente tu propio dinero para tu mejora. Otro es Francia, donde el gobierno retiene dinero de tus aportes (como un Infonavit educativo) de manera que siempre estés actualizado”, explica Prising, quien lidera la mayor empresa de gestión de recursos humanos del mundo con 400 mil clientes, 3.4 millones de asociados y una facturación de 21 mil mdd.
¿Qué está estudiando él mismo para mantenerse empleable? “Todo lo referente a la intersección entre la Inteligencia Artificial y los Recursos Humanos”. M