Honra la unión de los mexicanos en el cine
Recrear en pantalla el sismo de 1985 y la destrucción que éste provocó en Ciudad de México fue un reto “complejo” para Kuno Becker y su deseo de rendir un tributo, a través de El día de la unión, a aquellos mexicanos que se unieron en momentos de crisis y que demostraron que, más allá de las diferencias, lo importante es ayudar. “Hubo un momento en el que no veía salida, todos mueren de un balazo en México, al menos eso sentía con todo lo que se vive; después de algún tiempo me di cuenta que esos eventos, ambos sismos, fueron un ejemplo de unión que pocas veces ocurre”, dijo.
La complejidad de construir parte de la ciudad en ruinas quedó en manos de Anna Roth. A su equipo se sumaron Rodrigo Mariña (fotógrafo), Ricardo Arvizu (efectos especiales), Rafael Mandujano (escenográfo) y Luisa Guala (decoración). “La destrucción fue el factor principal, cuando nos enfrentamos por primera vez al guión nos pareció viable e incluso sencillo, pero al momento de comenzar el rodaje nos dimos cuenta de la dificultad de construir la destrucción, de cómo tenían que ser los edificios y cómo debían caerse con el sismo”, explicó Roth. “Me llevé a gente que trabajó conmigo en otras producciones, pero a diferencia de Titanic o Apocalypto, El día de la unión implicaba que por primera vez este equipo desarrollara el diseño, ese fue el reto principal, pero Arvizu y Mandujano, diseñaron unos aparatos cubiertos de concreto que simulaban la destrucción”, agregó.
Con el trabajo de más de 900 personas, incluido el elenco, Kuno logró las escenas requeridas; la cinta pone en pantalla lo ocurrido a partir de las 07:19, hora del temblor, y lo que vino después: “Fue increíble el proceso de construir edificios derrumbados, escombros con estructuras y cinco simuladores de 3 a 6 toneladas, eso no se había hecho antes; Arvizu logró un espacio trepidatorio con movimientos hidráulicos, logró replicar el movimiento del sismo.