Milenio

Políticas inteligent­es contra el cambio climático a 24 millones de personas más al hambre, pero si se aplica un impuesto sobre el carbono, que obligaría a subir el costo de alimentos, la cantidad en riesgo de padecerla aumentaría a 78 millones más

Esta amenaza puede exponer

- ARTICULIST­A INVITADO

La energía eólica cubre solo 0.6% de las necesidade­s y la solar, 0.2

Cuando una “solución” a un problema causa más daño que el problema, el diseño de políticas ha fallado. Este es el lugar en el que nos encontramo­s a menudo respecto al calentamie­nto global.

Organizaci­ones activistas como Worldwatch sostienen que el aumento de las temperatur­as hará que más personas pasen hambre, por lo que se necesitan recortes drásticos en las emisiones de carbono. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Nature Climate Change ha descubiert­o que una fuerte acción climática mundial causaría mucho más hambre e insegurida­d alimentari­a que el propio cambio climático.

Los científico­s utilizaron ocho modelos agrícolas globales para analizar varios escenarios de aquí a 2050. Estos modelos sugieren, en promedio, que el cambio climático puede exponer a 24 millones de personas más al hambre. Pero si se aplicara un impuesto mundial sobre el carbono, que obligaría a un aumento en el precio de alimentos, la cantidad de personas en riesgo de hambre aumentaría a 78 millones más.

Hemos oído historias similares antes. Hace diez años, la locura de los biocombust­ibles arrasó en los países ricos con el apoyo incondicio­nal de los activistas verdes que aclamaban cualquier cambio que se alejara de los combustibl­es fósiles. Los cultivos de alimentos fueron reemplazad­os para producir etanol, y el aumento resultante en los precios de los alimentos obligó a por lo menos 30 millones de personas a caer en la pobreza y a 30 millones más en el hambre, según la organizaci­ón benéfica británica ActionAid. Si queremos erradicar el hambre hay formas mucho más eficaces.

Alrededor de 800 millones de personas están desnutrida­s hoy en día, sobre todo a causa de la pobreza. La iniciativa más importante que puede emprenders­e mañana no es una política que ralentice la economía mundial, sino una que reduzca la pobreza: un acuerdo comercial mundial.

Se permitió que el acuerdo de libre comercio de Doha colapsara con solo una fracción de la atención prestada a las negociacio­nes mundiales sobre el cambio climático.

Según un estudio encargado por el Copenhagen Consensus, la reactivaci­ón de Doha sacaría de la pobreza a otros 145 millones de personas para 2030. Puede hacer que la persona promedio en el mundo en desarrollo gane mil dólares al año, lo que les permitiría no solo alimentars­e mejor a sí mismos y a sus hijos, sino también ofrecer mejor atención de la salud, más educación y llevar una vida más próspera.

La política climática de la UE, bajo el acuerdo de París, les costará unos 600 mil millones de dólares al año durante el resto del siglo y, en el mejor de los casos, reduciría la temperatur­a en tan solo 0.05°C para finales de siglo.

Al comparar el costo descomunal con el ligero retraso en el daño climático, cada dólar gastado aporta solo tres centavos de beneficios climáticos, es decir, menos daños por huracanes, menos oleadas de calor y menos estrés agrícola.

Obligar a los países pobres a reducir las emisiones es aún más perjudicia­l, porque la energía barata y abundante sustenta la prosperida­d. Al margen de esto, el gran problema de forzar los recortes de carbono es que la energía verde todavía no es el salvador que se retrata como tal. Incluso después de décadas de fuertes inversione­s en subsidios para apoyar la producción de energía verde —con un costo de más de 150 mil millones de dólares solo este año—, la Agencia Internacio­nal de Energía considera que la eólica proporcion­a solo 0.6 por ciento de las necesidade­s y la solar 0.2 por ciento. Tenemos que ser más inteligent­es sobre el cambio climático. Mi grupo de expertos solicitó a 27 economista­s climáticos de alto nivel que exploraran todas las respuestas políticas posibles, y la conclusión fue que la mejor inversión a largo plazo es en I+D de energía verde. Por cada dólar gastado, se evitarían 11 dólares de daños climáticos. Esto tiene mucho más sentido que el enfoque climático actual, que en la mayoría de los casos provoca más daño que beneficio. m *Bjorn Lomborg es director del Copenhagen Consensus Center y autor de los best seller y Considerad­o una de las 100 personas más influyente­s del mundo por la revista una de las 75 personas más influyente­s del siglo XXI por la revista y una de las 50 personas capaces de salvar el planeta por el periódico del Reino Unido. Además es profesor visitante de la Copenhagen Business School.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico