CON FURIA
DOMINANTE DE PRINCIPIO A FIN, AMÉRICA SACÓ EL TRIUNFO DE PUEBLA PARA ASCENDER EN LA TABLA, CON GOLES DE CECILIO DOMÍNGUEZ, ORIBE PERALTA Y BRUNO VALDEZ
Al América se le juega a tope hasta el último segundo o se pagan las consecuencias. El triunfo por marcador de 3-2 sobre Puebla lo pone a la par de Cruz Azul en puntos, pero en segundo lugar por un gol de diferencia.
Desde el arranque, América se puso serio, se vio un equipo solidario en la presión y en la creación, empezó a encontrar el área poblana y en las primeras pulsaciones del partido Henry Martín cayó en el área, pero el árbitro, Luis Enrique Santander, no marcó penal. Primer fallo del silbante que unos minutos más tarde cometería un segundo error.
Las Águilas se sentían cómodas, trataron de meterle vértigo al partido con constantes arribos por las bandas con Renato Ibarra y Cecilio Domínguez, dos tipos a los que les urge recuperar su mejor versión para ser protagonistas con el cuadro azulcrema, pero sobre todo para validar su condición de titulares.
El ecuatoriano entró en el lugar de Andrés Ibargüen por la banda derecha y se le vio enchufado, como si quisiera demostrarle a Miguel Herrera que puede volver a ser estelar. Y el paraguayo hizo lo propio, su primer gol del torneo.
La acción que puso a América en ventaja vino desde un despeje de Marchesín, Cecilio se hizo con la pelota y avanzó, Anderson Santamaría jaló al guaraní fuera del área y Domínguez cayó.
No había nada en esa acción, pero Santander marcó penal. Fue el propio guaraní el que cobró desde el manchón.
América se notaba seguro, era el partido en el que se veía una versión más lúcida de las Águilas, como hacia tiempo no se les veía. Los del Piojo gestionaban el partido, mantenían el pie en el acelerador, se asociaban por y encontraban de manera regular la espalda de los zagueros poblanos.
Paul se perdió el segundo en un cabezazo a la salida de un córner que se fue por un costado. Puebla sufría el partido, no veía tregua en defensa y tampoco era capaz de generar. El medio campo amarillo se imponía. Mateus y Guido hacían las labores de escoba, pero también proyectaban a sus compañeros.
Las aproximaciones de Puebla -aunque aisladas- se dieron porque fue el mismo conjunto americanista el que les abría la puerta con algunas desconcentraciones. Acuña se quedó corto para rematar un centro de Cavallini. Amenazaba La Franja y avisaba que pese a no fluir en el campo podía aprovechar algún despiste de los visitantes.
El dominio era total por parte de América, era un conjunto con pasajes armónicos, porque lograba terminar sus jugadas aunque seguía pendiente el tema de la definición. Sin embargo, cuando Puebla parecía no tener vida y aguardaba por el paso de los vestuarios vino una jugada en la que la zaga de Coapa se vio un tanto lenta.
Angulo cedió para Chumacero, éste aprovechó que Edson quedó lejos en la marcación y levantó la pelota a segundo poste, Aguilera no alcanzó a cortar y Cavallini cabeceó para igualar.
En menos de tres minutos América respondió. Córner que Martín alcanzó a desviar, la pelota golpeó a Santamaría que le dio una asistencia de oro a Oribe, el Cepillo solo empujó el balón y volvió a poner por delante a su escuadra. Para el complemento, América mantuvo el tono. Meza optó por tener un poco más de presencia en ataque, pero dejó espacios; los de Coapa se volvieron a perder otro gol en un contragolpe de Cecilio.
Ese gol perdonado por América se convirtió en gol en contra. Mateus y Guido chocaron al rechazar un tiro de esquina, ninguno llegó a la pelota, aprovechó Daniel Arreola para cabecear con solidez y vencer a Marchesín.
De nuevo las Águilas hicieron su esfuerzo para retomar la ventaja, pero se toparon con Vikonis, el portero uruguayo salvó un par de acciones.
Vino la expulsión de Edson Álvarez, pero en el tiempo de compensación, Bruno Valdez, quien entró de relevo, logró el gol que le dio un triunfo de oro a las Águilas que han apretado la pelea por la cima de la clasificación. Ahí está el orgullo de América que la próxima semana juega la Copa contra Juárez a eliminación directa y luego el Clásico y lo hará con un estado de ánimo a tope.