El fracaso del Trolebici
El proyecto de construir 36 kilómetros de infraestructura ciclista en Ciudad de México, con 150 millones de pesos de presupuesto aprobado tras innumerables plantones y demandas ciudadanas, se convirtió en un fracaso total.
A dos meses del término de este gobierno, ya ni el dinero está donde debiera.
Un fracaso debido a la burocracia, ineptitud y falta de interés de muchos de los involucrados, pero sobre todo de quienes tenían poder y autoridad para impulsarlo.
La responsabilidad es compartida por el entonces jefe de Gobierno, Miguel Ángel Máncera, a su secretario de Obras, Édgar Tungüí; de Movilidad, Carlos Meneses, y el subsecretario, Alfredo Hernández, e incluso por los mismos diputados que aprobaron los recursos y no vigilaron su aplicación.
Desde el inicio, la Asamblea presidida entonces por Víctor Hugo Romo aprobó esa cantidad para “el Fondo de atención al ciclista y al peatón”, no para el Trolebici, aunque todo el tiempo se insistió en que sería para esa obra.
Desde la semana pasada, activistas de Greenpeace y grupos ciudadanos protestan frente a la Secretaría de la Movilidad de CdMx para que el secretario Carlos Meneses no se vaya del cargo dentro de 70 días sin construir la obra, pero ya es una causa perdida.
Cuentan que el retraso se debió a la forma de denominar al fideicomiso, que si la Oficialía Mayor retenía los recursos, que si la Semovi entregó tarde el proyecto ejecutivo a la de Obras, que ésta ya está o estaba por licitar.
Cuentan que el jefe de Gobierno sí dio la instrucción para ejecutar el proyecto, pero la realidad demuestra que su interés no fue igual al de otras obras.
Versiones más benignas cuentan que fueron problemas de implementación, de falta de capacidades técnicas. ¿En un gobierno que utilizó 5 mil millones de pesos para construir un túnel en Insurgentes y Mixcoac?
Lo cierto es que hoy solo quedan 18 millones de pesos en un fideicomiso que llegó a contar con hasta 308 millones.
Solo se han usado 30 millones (para darle mantenimiento a la ciclovía de Reforma), 5 millones para el proyecto ejecutivo del Trolebici y 202 millones se transfirieron para realizar un proyecto que, hasta hoy, es un fracaso total.
Lo único bueno es que esos recursos, de no usarse, tendrán que volver al fondo y tocará en todo caso al próximo gobierno construir más infraestructura ciclista. M