LOS CINCO FRACASOS DEL PIOJO
Desde su regreso al América, Miguel Herrera no ha trascendido con las Águilas en tres torneos distintos
El 30 de mayo de 2017, Miguel Herrera fue presentado como nuevo entrenador del América, una decisión que se tomó en las más altas esferas del club, porque el dueño, Emilio Azcárraga Jean, y el entonces vicepresidente de deportes de Televisa, Yon de Luisa, lo veían como el hombre clave en la nueva dirigencia que se gestó tras las salidas de Ricardo Peláez, José Romano y Ricardo La Volpe.
El Piojo volvió arropado por gente de su confianza en el cuerpo técnico y con Mauricio Culebro en la presidencia operativa y Santiago Baños en la presidencia deportiva. Un trío que ya se conocía de la primera etapa que tuvo el entrenador en el mismo equipo unos años atrás.
La exigencia era la de siempre, hacer de las Águilas un conjunto protagonista. Además, el Piojo contaba con todo el respaldo de la afición que levantó el pulgar para su regreso, porque los resultados en su primera etapa habían sido positivos. Con Herrera, América recuperó el protagonismo y su vuelta auguraba la misma sensación.
El timonel azulcrema tiene claro el sitio en el que está ubicado, sabe que es uno de los banquillos más demandantes del futbol mexicano, sino el que más. El Piojo tiene claro —y además lo dice constantemente— que en ese puesto lo único que vale son las copas que ingresan a las vitrinas. Que el aficionado y el dueño no viven de contar buenos partidos, sino de campeonatos.
El asunto está en que en poco más de un año al frente, la palabra fracaso le ha acompañado a Miguel y a sus jugadores —que también tienen clara la exigencia del club— en cada torneo que han disputado. Hasta el día de hoy, el América del Piojo ha fracaso en cinco competiciones, porque no ha podido ganar ninguna de ellas, vaya, ni siquiera se han podido instalar en la final de ninguna.
La eliminación de la Copa señala al entrenador, pero también al grupo de jugadores que este semestre no estuvo a la altura en una competencia que se habían puesto como meta conquistar, se quedaron en la primera eliminatoria directa y eso es más que un fracaso. La encerrona que hubo en el vestuario solo indica que de aquí en adelante el equipo tendrá que mejorar su tono competitivo y llegar a la Final del torneo de Liga, porque de no hacerlo el fracaso puede traducirse en una evaluación en la que no se sabe quiénes puedan seguir en el club.
En el Clásico Nacional se le presenta la oportunidad para la reivindicación.