La anulación de la elección en Puebla
La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) tiene una gran responsabilidad en el destino de la democracia mexicana. De cómo resuelva el expediente de la anulación o no de la elección para gobernador en Puebla, sabremos hasta dónde puede llegar la justicia electoral. La instrucción de la Sala Superior de realizar el recuento total de los votos de los 26 distritos electorales constituye un paso importante en este sentido, porque detectó graves inconsistencias en el proceso de votación, así como una actuación deficiente del Instituto Estatal Electoral.
En este momento, cuando día a día el recuento de votos pone en evidencia un enorme cúmulo de irregularidades que benefician a la candidata de la coalición Por Puebla al Frente, Martha Érika Alonso, y de que un grupo de académicos de la Universidad Iberoamericana presentara un estudio, en el cual da cuenta de graves inconsistencias para la elección de gobernador, conviene recordar lo que nosotros detectamos y denunciamos desde la misma tarde de la jornada electoral.
Desde el inicio de la jornada las irregularidades se presentaron de manera sistemática. Después de la una de la tarde, cuando los primeros reportes de todas las encuestas de salida comenzaron a marcar una tendencia a nuestro favor, se instruyó a grupos de delincuentes reventar casillas y amedrentar a la población. A partir de las 8 de la noche, las encuestas de salida nos dieron la victoria, acorde con los resultados que nos llegaban de las elecciones para Presidente de la República, senadores, diputados locales y federales, y un número importante de presidencias municipales.
La parte fundamental del fraude no ocurrió en las casillas, sino en la manipulación de los paquetes electorales con los que se alimentó el PREP y el conteo rápido. Las primeras evidencias que se descubrieron y denunciaron de este fraude fue el descubrimiento de uno de esos laboratorios electorales en el Hotel MM de la ciudad de Puebla. Después vino todo el operativo de legitimación de su triunfo, primero en el Instituto Estatal Electoral y después en el tribunal estatal, instancias totalmente sometidas al control del morenovallismo. La culminación de este fraude no fue posible por la resistencia y el rechazo social a la imposición.
¿Por qué, a diferencia de otras entidades donde también había gobernantes autoritarios, como Veracruz o Morelos, no pudieron imponer a sus candidatos? Porque en Puebla los órganos electorales estatales fueron parte fundamental del fraude, ya que están totalmente sometidos al control de Rafael Moreno Valle. De ahí la importancia de que estos hechos no queden impunes y que se haga justicia. No podemos ir a unas nuevas elecciones, ni locales ni nacionales en ninguna entidad del país, con las deformaciones que se presentaron en Puebla. A estas alturas del conteo, el único resultado viable es la anulación de la elección para gobernador. Reiteramos la confianza en que la autoridad electoral hará justicia y no se permita que se viole la voluntad popular de los poblanos y se impida que un grupo ineficaz y corrupto siga controlando Puebla. M