Gruszczynski propone un teatro controversial
Es imposible no preguntarse cómo hace un grupo de actores polacos para subirse al escenario de la Sala Principal de Bellas Artes, montar una obra de cuatro horas y, pese a todo, tener éxito. Eso parece tener sin cuidado a Piotr Gruszczynski y al resto de la compañía Nowy Teatr, que ayer presentó El fin, del dramaturgo Krzysztof Warlikowski, y repetirá hoy a las 18 horas.
El fin es un montaje exigente para quien interpreta y para quien observa. Producto del engranaje de tres influencias —un guion que no se produjo de Bernard-Marie Koltes, la novela El proceso, de Kafka, y fragmentos del libro Elizabeth Costello, de J.M. Coetzee—, la obra coloca a sus personajes ante situaciones críticas, seducidos por traspasar las barreras de la ley, la vida o la muerte.
En los últimos diez años Piotr ha colaborado con Krzysztof en la adaptación de media decena de producciones. Esto les ha permitido adoptar un proceso creativo que pocos llegan a conseguir. “Nos conocemos tan bien que no necesitamos empezar desde cero”, dice en entrevista con MILENIO.
La crítica ha descrito El fin como una obra controversial, un adjetivo que, para Piotr, extiende su significado: “todos somos controversiales en nuestras vidas y en lo que hacemos, así que el teatro tiene que ser controversial. Si no lo es, te olvidas demasiado pronto de lo que viste”. m