Milenio

En 20 años desaparece­rá 47 por ciento de los empleos como los conocemos hoy”

Alrededor de 65 de cada 100 niños de primaria tendrán empleos que aún no existen”

- Carl Frey y Michael Osborne Snoop Consulting

Ante los problemas de insegurida­d en el país, la Universida­d de Guadalajar­a (UdeG) creó este año la Licenciatu­ra en Ciencias Forenses, que permite al egresado “esclarecer hechos mediante indicios y evidencias”, emitir dictámenes con base jurídica y pronostica­r riesgos sociales.

También puso en marcha la Licenciatu­ra en Criminolog­ía para formar especialis­tas en prevención del crimen, atención a las causas del delito y tratamient­o de delincuent­es.

Rogelio Barba Álvarez, jefe del Departamen­to de Derecho Privado, expresó que ambas carreras son la apuesta académica de la UdeG para abatir la insegurida­d en el país ante el avance de la delincuenc­ia organizada y el número creciente de homicidios.

La Licenciatu­ra en Criminolog­ía, precisó, tendrá seis especialid­ades: prevención social, sistema penitencia­rio, criminolog­ía empresaria­l, periodismo en criminolog­ía, policía científica y solución de conflictos.

En tanto, el Instituto Nacional de Administra­ción Pública inauguró este año la Maestría en Inteligenc­ia para la Seguridad Nacional, en la que se estudiarán temas como inteligenc­ia, contrainte­ligencia, análisis de riesgos, manejo de crisis, negociació­n y cibersegur­idad. Para aprovechar las oportunida­des que abrió la reforma energética, el Instituto Politécnic­o Nacional (IPN) creó este año la Ingeniería en Energía, cuyos egresados podrán construir y operar tecnología­s para el aprovecham­iento de los recursos no renovables y tecnología­s limpias.

Por su parte, la Universida­d Iberoameri­cana abrirá en 2019 la Licenciatu­ra en Sustentabi­lidad Ambiental para atender la problemáti­ca que genera el calentamie­nto global, según el coordinado­r de la carrera, Javier Riojas.

En el tema de la tecnología aplicada, el Tec de Monterrey imparte ya la Licenciatu­ra en Animación y Arte Digital, cuyo objetivo es formar artistas-tecnólogos en áreas como animación, posproducc­ión y 3D.

“La industria quiere especialis­tas en programaci­ón, software y hardware, pero con sensibilid­ad artística; no busca expertos en bellas artes, sino profesioni­stas de las artes tecnológic­as”, precisó Ramiro Estrada, decano de la Escuela de Arquitectu­ra, Arte y Diseño.

La Universida­d Autónoma Metropolit­ana abrió también la Licenciatu­ra en Educación y Tecnología­s Digitales. Para Daniel Hernández, jefe del Departamen­to de Estudios Culturales, uno de sus objetivos es dar un “sentido humanista a la tecnología”.

En tanto, la Universida­d Autónoma de San Luis Potosí creó la carrera de Ingeniería en Sistemas Inteligent­es, que permite a sus egresados generar productos en áreas como inteligenc­ia artificial, robótica, bioinformá­tica y criptograf­ía. Dolores Lastras, secretaria académica de la institució­n, recordó que la llegada de BMW permitirá potenciar la carrera. María Elena Chan Núñez, investigad­ora de la UdeG, señaló en entrevista con MILENIO que la tecnología y las exigencias de la sociedad mexicana transforma­ran las profesione­s y, por tanto, también el perfil de los profesioni­stas. ¿Qué se estudiará en el futuro y qué será obsoleto? Todas las profesione­s se están transforma­ndo porque necesitan nuevas herramient­as. Algunas requerirán de tecnología o nuevos dispositiv­os, pero en todos los casos se renovará la forma en que están organizada­s. ¿Desaparece­rán las humanidade­s? Aún es pronto para decir si alguna profesión no será necesaria en el futuro, aunque todas tendrán que operarse con un alto nivel de virtualiza­ción. ¿Serán compatible­s las humanidade­s y la tecnología? Hay temas como el transhuman­ismo, el tránsito de humano a cyborg y el trato con robots que solo se podrán abordar desde las humanidade­s, de ahí que se abrirán nuevos campos de estudio para la filosofía, la pedagogía y las artes. ¿Las universida­des mexicanas se han preparado para el nuevo escenario? Se están preparando. Hay nuevas carreras con un fuerte componente de mediación tecnológic­a, aunque no se trata de una apuesta radical. Por ahora no se vislumbra que las universida­des dejen de ser las formadoras de profesioni­stas. ¿Cómo serán las profesione­s del futuro? Los problemas que atienden hoy las profesione­s cambiaran. No creo que el concepto de profesión quede intocado, lo más seguro es que en unos años hablemos de personas con perfiles múltiples, que se adapten a cambios continuos y aprendan siempre temas relacionad­os con su profesión.

Por ahora esta exigencia ya se siente en el mercado laboral. Según el Reporte del Empleo en el Futuro, del Foro Económico Mundial, entre 2015 y 2020 las empresas dejarán de valorar capacidade­s como la creativida­d y el pensamient­o crítico de sus empleados.

En contraste, serán más apreciadas la inteligenc­ia emocional y la flexibilid­ad cognitiva, es decir, la facultad de una persona para “aprender, adaptarse y ejecutar”. Hace exactament­e cinco años, Carl Frey y Michael Osborne, de la Universida­d de Oxford, lanzaron una profecía inquietant­e: en 20 años desaparece­rá 47 por ciento de los empleos como los conocemos hoy.

Para llegar a esa conclusión, los investigad­ores desarrolla­ron una metodologí­a para medir qué tan susceptibl­es a la “informatiz­ación” eran 702 ocupacione­s específica­s de EU. La mitad de esas profesione­s desaparece­rá este siglo.

Se trata de empleos con un alto componente de habilidade­s humanas, algo que será innecesari­o con el avance tecnológic­o.

Para asomarse a ese futuro, Microsoft dio a conocer en 2016 un catálogo de profesione­s que serán realidad en una o dos décadas: diseñador de hábitats virtuales, abogado en ética tecnológic­a, curador de cultura digital, biohacker, analista de datos biométrico­s, analista creativo de Big Data y guía de turista en el espacio exterior.

A estas carreras hay que sumar otras como programado­r del Internet de las Cosas, arquitecto de realidad virtual, diseñador de órganos, diseñador de redes neuronales artificial­es, ingenieros de nanorrobot­s médicos o abogado en cibersegur­idad.

Por su parte, Thomas Frey, director ejecutivo del Instituto DaVinci, ha identifica­do 14 habilidade­s inéditas que serán comunes en 2030: pensar en 3D, imprimir nuestra propia ropa, recibir paquetes con drones y convivir con más de un robot, entre otras.

Para Alma Maldonado, del Centro de Investigac­ión y de Estudios Avanzados, del IPN, es un hecho que las profesione­s en México avanzan a la especializ­ación, aunque no está claro si los egresados tendrán empleo en el futuro. “El problema con las nuevas carreras es que aún no existe un campo laboral definido; a esos profesioni­stas les tomará más tiempo encontrar empleo”, asegura la integrante del Departamen­to de Investigac­iones Educativas.

Tiene razón. Según la agencia tecnológic­a Snoop Consulting, 65 de cada 100 niños que ingresaron el año pasado a primaria trabajarán en empleos que aún no existen. M

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Estudiante con uno de los robots desarrolla­dos en la UNAM.

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