Milenio

Entrevista. “Hago buen pozole y me sé rolas de los Stones”

La futura jefa de Gobierno cantó, bailó ballet, corre, lee, saca canciones en la guitarra y va al cine cuando puede; su debilidad son los niños y en su futuro se ve como profesora de la UNAM, “que es otra forma de transforma­r la realidad”

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Entrevista JORGE ALMAZÁN R. CIUDAD DE MÉXICO

Montaba en bicicleta y jugaba carreterit­as. Fue parte de un grupo vocal infantil, estudió y practicó ballet, tomó clases de guitarra. Hoy la próxima jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, se olvida de la política que aprendió de sus padres para revelar a MILENIO que le gusta sacar en la lira rolas de los Rolling Stones, que si no fuera ingeniera sería maestra de preescolar... y que cocina un buen pozole. ¿Cómo fue su niñez? Muy alegre, tuve la oportunida­d de estudiar en una escuela privada, Bartolomé Cossío; vivíamos en Echegaray, en Naucalpan, y me llevaban hasta La Viga a la escuela.

Además de la primaria y secundaria, Sheinbaum siempre tuvo actividade­s vespertina­s: Los fines de semana salgo a comer con mi novio, con mis hijos, veo a la familia...

“Tenía clases de guitarra y de muy pequeñita escuchaba las conversaci­ones de mis padres (Carlos Sheinbaum Yoselevitz y Annie Pardo Cemo), quienes participar­on en el movimiento del 68; tenía seis años, pero recuerdo eso y también que jugaba mucho en la calle con mi hermano, hacíamos carreterit­as y andábamos en bicicleta.”

Pero la futura jefa de Gobierno también tuvo sueños de intérprete, pues participó en el grupo vocal folclórico Palcuicatl, “Los niños que cantan”. ¿Cómo llega el ballet a su vida? Desde muy chica mi mamá me inscribió en las clases y me gustaba mucho, es una actividad artística de enorme disciplina y de ahí se aprende mucho para la vida, no solamente la parte artística, sino la disciplina, y me quedé tomando clases hasta los 20 años, cuando ya entonces debía tomar la decisión de seguir en eso o la carrera de física.

Asegura que el ballet también le dejó la sensibilid­ad y el crecimient­o personal: “por eso siempre he dicho que la cultura es un derecho, yo tuve esa oportunida­d y me parece que cualquier niña o niño debe acceder a esas actividade­s”. Cuéntenos de su hermano... Tiene casi tres años más que yo, 56; los dos estudiamos en el CCH Sur y él participab­a en política. Como veía que estaba ahí, yo quería estar ahí, así que me involucré en actividade­s estudianti­les. En 1979 se quería cambiar el estatuto y hubo un movimiento en el que participé y después el del CEU en 1986, que era la defensa de la educación pública. Creo que a todos los que estuvimos en ese movimiento nos dejó una enseñanza muy grande de lo que significa la organizaci­ón social para defender derechos. ¿Qué le gusta hacer en sus ratos libres? Correr cuando puedo, porque ahora no tengo mucho tiempo. Me gusta leer, precisamen­te ahora estoy releyendo

de guerra, de Carlos Monsiváis y Julio Scherer, sobre el 68, que son archivos que se abrieron entonces (1999) de Marcelino García Barragán, el general que estaba como secretario de la Defensa Nacional.

En la música dice ser “a la antigüita, me gusta la trova cubana, el rock viejito, The Beatles, los Rolling, Crosby, Stills, Nash & Young y varias cantantes de ahora que tienen un enorme talento, como Natalia Lafourcade, Lila Downs y Julieta Venegas. ¿Olvidó el canto y la guitarra? Hace mucho que no canto, pero sí toco guitarra. No soy compositor­a, más bien me gusta sacar las canciones que me encantan, y aunque no tengo mucho tiempo, a veces lo hago los fines de semana. ¿Ve a su mamá, sus hijos...? Cuando hay tiempo, los fines de semana salgo a comer con mi novio, con mis hijos, aunque mi hija ahora está fuera, veo a la familia, a mi madre y también leo y a veces veo series; me gusta el cine, aunque la verdad hace mucho rato que no voy y prácticame­nte no veo televisión abierta, más bien escucho el radio o leo los periódicos. Me gustan los niños, si no hubiera estudiado física, sería maestra de preescolar... ¿Qué comida le gusta? La mexicana. Cuando podemos nos salimos de la casa de transición a los taquitos de la esquina... ¡y hago muy buen pozole!

Sheinbaum tiene una debilidad: los niños. “Me gustan mucho, siempre he dicho que si yo no hubiera estudiado física, me hubiera dedicado a ser maestra de preescolar; me gusta escucharlo­s, saber de las carencias y necesidade­s que padecen pero, sobre todo, la frescura, porque finalmente son el futuro”.

Hacia el futuro, la maestra y doctora en ingeniería energética por la Universida­d Nacional Autónoma de México, además de ser egresada del Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentabl­e de El Colegio de México y miembro del Sistema Nacional de Investigad­ores y de la Academia Mexicana de Ciencias, piensa reincorpor­arse a las aulas. “Después de la ciudad, regresar a la UNAM es una gran posibilida­d, es otra forma de transforma­r la realidad y enseñar, me gusta mucho”.

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“Me gusta sacar las canciones que me encantan”. ESPECIAL
 ??  ?? ¿Qué está leyendo? Parte de guerra, Tlatelolco 1968, de Julio Scherer García y Carlos Monsiváis. Editorial Aguilar, 1999.
¿Qué está leyendo? Parte de guerra, Tlatelolco 1968, de Julio Scherer García y Carlos Monsiváis. Editorial Aguilar, 1999.

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