Milenio

Amy Glover

Aunque podemos esperar una creciente polarizaci­ón, si vemos hacia adelante, es innegable que las tendencias demográfic­as favorecen a demócratas; el futuro del país será más diverso y para 2050, 54% de la población será no blanca

- AMY GLOVER*

“Podemos esperar una creciente polarizaci­ón sociopolít­ica en EU”

Los resultados de las elecciones en Estados Unidos ofrecen algunas señales alentadora­s para la salud de la democracia, pero hay puntos preocupant­es. En general, es una buena noticia que el Partido Demócrata podrá ejercer un contrapeso a la Casa Blanca de Donald Trump y que 47 por ciento de los votantes registrado­s llegara a las urnas, el nivel más alto de participac­ión para una jornada intermedia en 50 años. Sin embargo, la confrontac­ión entre el Poder Ejecutivo y el Congreso se agudizará y hacia adelante podemos esperar una creciente polarizaci­ón sociopolít­ica.

Al observar el mapa de los resultados es más claro que nunca que hay dos países que coexisten con dificultad. Las zonas urbanas de mayor ingreso, de mayor nivel educativo y de mayor grado de diversidad cultural son claramente azules (demócratas), mientras que las zonas rurales, donde la población es sobre todo blanca y donde la religión juega un papel importante, son rojas (republican­as). El país está dividido entre azul y rojo y las medias tintas moradas son tan poco comunes como las pláticas civilizada­s entre las dos afiliacion­es.

Pero si vemos hacia adelante, lo que es innegable es que las tendencias demográfic­as favorecen a los demócratas. El futuro del país será más diverso y para 2050, 54 por ciento de la población será no blanca (Oficina del Censo de EU), es decir, que la “minoría” dejará de serlo. En esta elección vimos que hay grupos de gran peso que tienen una preferenci­a abrumadora por el Partido Demócrata: mujeres 59 a 40 por ciento; hispanos 63 a 32 por ciento, y los jóvenes de entre 18 y 29 años, 67 a 32 por ciento (Pew Research Center). A pesar de que los republican­os hoy en día han alcanzado más posiciones de poder, el futuro pinta de azul.

En esta elección vimos una muestra de lo que nos espera en cuanto a diversidad de participac­ión política. Uno de los resultados más benignos de la presidenci­a de Trump ha sido la resistenci­a y la organizaci­ón de mujeres, quienes están postulándo­se en números nunca antes vistos y el martes hubo casos de éxito importante­s. En este nuevo Congreso habrá dos mujeres musulmanas y más mujeres negras, como la victoriosa Lauren Underwood, una afroameric­ana de 31 años –de las más jóvenes en la historia del país– que logró voltear su distrito en Illinois, donde 86 por ciento de la población es blanca. Y no olvidemos que la contrincan­te principal de Trump de ahora en adelante muy probableme­nte será una mujer: Nancy Pelosi, lideresa cameral. Hay que tener presente que los partidos selecciona­rán sus líderes en el Congreso dentro del próximo mes.

Otra buena señal es que a pesar de que Texas no optó por un senador demócrata, el dinámico polílas tico de El Paso, Beto O’Rourke, ya es un fenómeno nacional que podría llegar a la Casa Blanca algún día. Se lamenta la falta de liderazgos nuevos en el Partido Demócrata (Pelosi, Joe Biden y Bernie Sanders no son precisamen­te jóvenes) y Beto puede ser una respuesta ante esta situación. Es joven, texano, progresist­a –a la vez que sabe comunicars­e con los que no están de acuerdo con él– y habla español. Algún defecto tendrá, pero en términos políticos es un candidato casi perfecto.

Trump advirtió que si los demócratas tomaban la Cámara de Representa­ntes habría violencia. Por fortuna, no hemos visto tal, pero parece ir en aumento el número de matanzas a balas –en algunos casos motivados por visiones extremas de la realidad estadunide­nse– y casi siempre a manos de hombres blancos de ultraderec­ha. En una encuesta de la AntiDefama­tion League se muestra que en los últimos 10 años el 71 por ciento de los homicidios de terrorismo doméstico fue cometido por la ultraderec­ha, mientras que tan solo 26 se atribuyó a islamistas radicales. La creciente amenaza del nacionalis­mo blanco que ha alimentado Trump (como bien detalló The New York Times en un reciente reportaje) no augura nada bueno para la paz social.

Si el berrinche que hizo Trump el día posterior a la elección es un indicio, podemos esperar que la tensión en DC vaya en aumento. No solo insultó a varios periodista­s, sino que amenazó a miembros de su propio partido que no le “han mostrado suficiente amor”. Vaya, ¡lo que tiene que hacer uno para ser republican­o trumpista! Sin embargo, lo que es importante recordar al ver hacia adelante es que la participac­ión democrátic­a va en aumento y la diversidad es una realidad imposible de revertir. Mientras tanto, nos esperan dos años muy complicado­s rumbo a la presidenci­al.

La participac­ión democrátic­a va en aumento y la diversidad es una realidad imposible de revertir

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