Los migrantes y el nuevo gobierno
Cada día sube la presión, cada día la desesperación de los migrantes es mayor, cada día los incidentes son peores. Ayer domingo se cerró el paso en la frontera por más tiempo, ya hubo gases lacrimógenos, algunos heridos.
El alcalde de Tijuana y el gobernador de Baja California piden ayuda federal e internacional que no llega.
El gobierno federal, que no ha hecho nada frente a la crisis más allá de movilizar policías, cruza los brazos y mientras empaca sus oficinas.
El gobierno que tomará posesión el sábado, mientras tanto, toma una decisión de consecuencias difíciles de imaginar.
El sábado The Washington Post informó que se ha llegado a un primer acuerdo entre los gobiernos de López Obrador y Trump de convertir a México en lo que allá se llama un “país seguro”; es decir, que los centroamericanos puedan permanecer en México y desde aquí hacer su petición de asilo o refugio y aquí esperar.
Olga Sánchez Cordero, quien había confirmado al Post el acuerdo, ya con la nota publicada aclaró que no se había aún firmado nada. Pero todo indica que el próximo canciller, Marcelo Ebrard, lleva semanas en esas conversaciones con los estadunidenses.
Sánchez Cordero la había dicho al Post que el programa Remain in Mexico o quédate en México; era una solución temporal.
“La solución a medio y largo plazo es que las personas no emigran", dijo Sánchez Cordero. “México tiene los brazos abiertos y todo, pero imagina una caravana tras otra. Eso también sería un problema para nosotros".
De implementarse el programa, México estaría, en los hechos, cooperando en la construcción de una nueva barrera, sí de un muro, para los migrantes centroamericanos que escapan de sus países agobiados por la violencia y la pobreza.
El concepto de “país seguro”, que sería en los hechos la política que se estaría imponiendo es criticada por organizaciones de derechos humanos como un atentado contra el derecho de asilo y refugio.
Y es difícil imaginar cuál sería el impacto en los flujos migratorios o en ciudades fronterizas, como hoy Tijuana, donde las cosas cada día se ponen peor.
Tijuana y Baja California piden ayuda federal e internacional que no llega