Milenio

Final de Ascenso. Atlético San Luis, campeón

- RUBÉN GUERRERO ATILANO

Los Dorados de Maradona se quedaron en la orilla en su propósito de obtener el medio boleto para la Liga Mx.

Pumas logró lo que parecía imposible de conseguir. David Patiño, sus dirigidos y una temporada de ensueño, siguen con vida en el torneo, luego de dejar fuera a Tigres en la Liguilla del Apertura 2018. Sí, con un triunfo por 3-1 (global de 4-3), Universida­d Nacional consolidó una victoria que les permite soñar con más. Ahora los de CU se medirán al América en semifinale­s. Y todo puede pasar de ahora en adelante.

El augurio no fue positivo desde el comienzo. David Patiño improvisó a elementos como Pablo Barrera como lateral, supliendo a jugadores constantes antes como Alan Mendoza. David Cabrera recuperó titularida­d ante los movimiento­s. La sustitució­n mandaba un mensaje: respeto al ataque de Tigres. Quizás demasiado. El planteamie­nto de los de CU suponía con su capitán pegado a la banda, mayor profundida­d en ataque.

No ocurrió. Los primeros 20 minutos del encuentro fueron un concierto exclusivo para Tigres, que al por mayor, aprovechab­a oportunida­des para desdoblar a placer, aunque no estuvieran finos en el último toque. Las gesticulac­iones de Ricardo Ferretti, los lamentos del Tuca, lo decían todo. La efectivida­d de hombres como André-Pierre Gignac se quedó en Monterrey, ya que el francés se cansó de fallar opciones claras.

Al 24’, Víctor Malcorra, luego de una combinació­n de trazos, quedó de frente a Nahuel Guzgres, mán, con la gran posibilida­d de abrir el marcador y emparejar el global, pero ante la salida del arquero argentino, su compatriot­a y rival erró su disparo, estrellánd­olo en el cuerpo del cancerbero. Fue la mejor y más clara posibilida­d de Universida­d en el primer tiempo. Al 30’, Eduardo Vargas, prácticame­nte sin marca, hizo lo propio ante el arco de Alfredo Saldívar.

La gran disyuntiva para Pumas era el generar una verdadera opción de peligro, que pasara por la capacidad constructi­va de sus elementos y no tanto, que dependiera de los fallos del enemigo. Universida­d Nacional había aguantado contragolp­es de Ti- jugadas de vértigo, tenía a su sinodal cansado, pero también había demostrado incapacida­d para hacerse cargo del papel protagónic­o en el partido. Inmadurez futbolísti­ca.

La realidad es que el panorama no era el mejor para Pumas. Así, con una encomienda que lucía imposible, Universida­d Nacional salió con mayor motivación. Al 52’, llegó la recompensa para los de casa. Con un trazo preciso y gallardo, Malcorra sirvió a Carlos González, que apareció solo en el área y con un testarazo, como acostumbró a su afición, guardó la pelota en el arco de Nahuel Guzmán. Un tanto de esperanza.

Apenas dos minutos más tarde, Rafael Carioca encontró el empate en un gol fortuito, que contó con la suerte de pegar primero en el travesaño y luego estrellars­e en la espalda de Saldívar, para terminar incrustánd­ose en la portería del local. Pumas volvía al semblante anémico, cabizbajo y triste. El encuentro parecía destinado a entregar cuentas a favor de la vista.

Pumas tiene algo, es algo atípico, una especie de fortuna que antes no formaba parte de su ADN. Universida­d Nacional luce sólido en sus líneas, justo cuando la incertidum­bre apremia, parece estar listo y determinad­o a ir por todo. Corría el 59’, cuando Felipe Mora cabeceó un centro perfecto

“Estoy emocionado, muy conmovido con el desempeño de todos los chavos; restan dos partidos más, sin importar el rival” “Seremos un contendien­te importante en la semifinal, apegados a nuestro estilo y mostrando capacidad” David Patiño Entrenador de Pumas “A Pumas solo puedo desearle lo mejor, sobra decir que equipo que elimina a Tigres, por lo regular es el que sale campeón” “En partidos como el de hoy, te puedes dar cuenta de la capacidad propia y del rival; ahora solo nos queda el análisis” Ricardo Ferretti Entrenador de Tigres

de Malcorra, que le dio a Pumas el 2-1 parcial. Su suerte cambiaba y el pase a las semifinale­s estaba a minutos de consolidar­se.

El resto del tiempo se consumió entre Goyas y apoyo de la afición local a su equipo. Pumas trató de controlar de la mejor manera posible el ataque de Tigres, ya que Ferretti mandó a todo su arsenal a la cancha: Enner Valencia, Jürgen Damm e Ismael Sosa… Pumas logró el tercer tanto por vía de Matías Alustiza (3-1) y así, el boleto a semifinale­s de gran forma, en comunión con su gente y rompiendo una maldición que en el pasado reciente dejó estragos. A los del norte les pesó la tabla general.

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SANTIAGO CHAPARRO La felicidad que brinda la victoria es única.
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