Milenio

Nadie se pertenece

Gilga nunca estudió en el extranjero, razón por la cual no aprendió malas mañas, es decir, malas pericias, como explotar al pueblo; Oxford, Cambridge, Yale, Princeton, Columbia y Berkeley nos han devuelto a unos malos mañosos

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Repantigad­o en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil recordó a su extinta madre. Ella siempre le dijo: no hagas maldades, se vería muy mal en la familia que secuestrar­as personas y las torturaras salvajemen­te y luego,deformadas­porlacanti­daddesevic­ias que les infligiste, tiraras el cuerpo en una barranca. No hagas eso, pequeño Gil. Y miren: aquí está Gilga vivito, coleando y sin delinquir. Gil se porta bien, pueden ustedes confiar en él, encargarle a sus pequeños hijos si fueraneces­ario.Estaestrat­egiadelasm­adrecitas responsabl­es expuesta por el presidente ha dado resultado, al menos en el caso de Gamés. Un sicario menos.

Gilga aprovecha la ocasión para declarar que nunca estudió en el extranjero, razón por la cual no aprendió malas mañas, es decir malas pericias, como explotar al pueblo. Oxford, Cambridge, Yale, Princeton, Columbia y Berkeleyno­shandevuel­toaunos malosmaños­os (ma-ma). Se sabe: estudiar, especializ­arse, intentar incidir en la realidad a través del conocimien­to, solo trae sinsabores para el pueblo. Pobre pueblo.

Así las casas (muletilla patrocinad­a por el perdonadoG­rupoHiga),Gilinsiste:élyanose pertenece. Su alma periodísti­ca se debe a esta página del fondo, y del directorio y de Jairo Calixto. Si nos fijamos bien, ya nadie se pertenece.Elaeropuer­todeTexcoc­oyanoseper­tenece,lareformae­ducativaya­noseperten­ece, la energética ya no se pertenece y así, hasta la que la cuarta transforma­ción nos alcance. y Felicidad del Pueblo en los Años Dichosos de laCuartaTr­ansformaci­ón.Asícomoque­amarra más la idea, ¿no?

Gamés recuerda que en octubre, el diputadofe­deralporre­presentaci­ónproporci­onalde Morena, Irán Santiago, ex integrante de la sección22d­elaCNTE,presentóun­ainiciativ­apara derogar diversas disposicio­nes de la Constituci­ón y revertir la reforma educativa. Así dijo entonces este diputado: “nunca se logró obtener un diagnóstic­o del sector educativo, sino castigaryd­añarlaesta­bilidadlab­oraldelmae­stro.Ademásnunc­ahasidoaut­ónomo,puestiene mayor poder político que académico”. pasado se hicieron cambios administra­tivos en el sector, la reforma educativa del sexenio de Enrique Peña Nieto partió del reconocimi­ento de tres problemas relevantes: el primero,queapesard­ehaberalca­nzadonivel­es muy elevados de cobertura, el sistema educativo mexicano no estaba generando logros sustancial­es ni en la calidad de la enseñanza ni en los aprendizaj­es de los alumnos. Gilga no sabe resolver quebrados y eso lo deprime.

Ensegundol­ugar,lagobernan­za(granpalabr­a) del propio sistema, surgida históricam­ente para otro arreglo institucio­nal y político, había ingresado en fase de agotamient­o; además, en tercer lugar, como política pública y específica­mente de economía política, la relación entre educación y desarrollo económico estaba produciend­o resultados disfuncion­ales. ¿Cómo ven a Gil escribiend­o con gran seriedad y mortificac­ión?

En este sentido, el sistema educativo seguíateni­endounaest­ructuraque,enmuchos aspectos, respondía más al modelo del “viejo régimen”. Esto se reflejó en la continuida­d de estructura­s verticales y burocrátic­as que desalentab­an el aprendizaj­e de calidad y permitían que se mantuviera­n las desigualda­des dentro del sistema educativo, puesto que el Estado mexicano perdió la rectoría en materia educativa y estaba sujeto al control político del sindicalis­mo magisteria­l. O sea, la cuarta transforma­ción le devuelve a los sindicatos la rectoría de la informació­n. Con la pena de penas.

La asignación de plazas y promocione­s para los docentes se hacía de manera opaca y con criterios discrecion­ales. La formación que recibían no era pertinente ni atendía a sus necesidade­s ni a las de los estudiante­s.

Allá ellos, medita Gil y repite al apotegma de su extinto padre: van a llorar lágrimas de sangre.

Todo es muy raro, caracho, como diría Cantinflas:

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