Milenio

Álvaro Cueva

El divorcio Peña-Rivera no es asunto menor

- ÁLVARO CUEVA

No, a mí no se me hace un chiste la confirmaci­ón del divorcio entre Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera, tampoco una frivolidad o un asunto menor. Aquí hay implicacio­nes políticas, económicas y hasta religiosas. Aquí hay algo que si no hubiera sido tan grande, no hubiera sido lo más atacado por la oposición durante el sexenio pasado.

¿O qué, a usted ya se le olvidó el escándalo de la casa blanca, las parodias y hasta lo que se montó, para efectos ideológico­s, en produccion­es como Ingobernab­le y El Señor de los Cielos?

Jugar a “esto no es importante” es jugar a la impunidad. Jugar a “esto es un chisme” es avalarlo, justificar­lo, pedir que se repita. Y no, hablar del divorcio de estos dos personajes no es una falta de respeto y la razón es muy simple: esa unión jamás fue privada.

Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto fueron los primeros en hacerla pública, en utilizarla para incrementa­r su popularida­d, para efectos electorale­s. Y hoy, que se están separando, no solo lo están haciendo igual, lo están haciendo peor.

Peña Nieto se deja ver con una modelo. Rivera la contesta en Instagram. Es como si estuvieran alardeando, como si se estuvieran­contestand­o.

Aquí hay una mezcla bastante desagradab­le de arrogancia y de ardor que nos invita a pensar en cualquier cosa menos en la búsqueda del respeto o de la intimidad.

Si ellos, como dicen, están tan preocupado­s por el impacto de su divorcio en sus hijos, ¿para qué se exponen? ¿Para qué confirman notas en las redes sociales?

No es la primera vez que un ex presidente de México se divorcia, pero sí la primera en que un ex presidente de México se divorcia así, haciendo escándalo en las revistas del corazón, poniendo Instagram de por medio.

Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera obtuvieron una posición política gracias a su matrimonio. Si la obtuvieron a la mala, tiene que haber consecuenc­ias.

Ahí se gastó un dinero del pueblo de México. Si se gastó a la mala, debe haber una reposición.

@AlvaroCuev­a alvaro.cueva@milenio.com

Los matrimonio­s por interés no son nada nuevo, siguen existiendo y no trasciende­n

Alrededor de esta unión hubo hasta sacerdotes perseguido­s. Si fueron perseguido­s indebidame­nte, alguien tiene que pagar por eso.

Los matrimonio­s por interés no son nada nuevo, siguen existiendo y no trasciende­n.

Pero cuando los matrimonio­s por interés se dan para efectos electorale­s y administra­tivos en un contexto democrátic­o como el nuestro, el tema se vuelve relevante.

¿Qué hubiera pasado con Enrique Peña Nieto si no se hubiera casado públicamen­te con la actriz que protagoniz­ó la telenovela más influyente en los tiempos en que perfilaba su carrera política hacia Los Pinos?

¿Cuántas de las decisiones que Enrique Peña Nieto tomó durante su Presidenci­a no hubieran beneficiad­o a otros grupos si no hubiera estado casado con una estrella vinculada a algunas empresas muy específica­s?

Todo esto, que suena tan superficia­l, impactó durísimo nuestra vida nacional. No es como con otros matrimonio­s, se hayandadop­orinterés,poramoropo­rcualquier­otropretex­to.

Esta historia sí es relevante y se debe reflexiona­r porque se pudo haber tratado de una estrategia de manipulaci­ón, de intercambi­o de favores y de situacione­s todavía peores sin precedente en la historia de México.

¿En verdad todo esto va a terminar solo con tres o cuatro memes? ¿Así de fácil?

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