Ciberplástico seguro
Durante los últimos años los millennials se han convertido en el principal objetivo de atracción de todo tipo de compañías por ser los nuevos grandes consumidores, pero tal vez nos hemos enfocado tanto en conquistar al público millennial que no hemos reparado en qué tanto tardamos en entenderlos; ellos cambian, evolucionan y envejecen, modificando todo tipo de hábitos.
Y es que si bien al principio de su vida laboral los millennials preferían el efectivo a tarjetas de débito o crédito, la popularización de apps de transporte o comida —que requieren de una tarjeta para ser utilizadas— aceleraron la adopción de las mismas. De acuerdo con el estudio del procesador de pagos TSYS Merchant Solutions, publicado en 2018, después de que esta generación cumple 25 años comienza a obtener y utilizar más el plástico como medio de pago.
Actualmente esos consumidores, además de mejores opciones en sus productos de crédito, exigen algo fundamental: seguridad en línea.
Esta semana Mastercard organizó en Ciudad de México una mesa redonda sobre seguridad digital, en la cual dio algunos datos interesantes sobre este terreno.
Estar tranquilo de que las transacciones en línea son seguras es un factor fundamental para mantener el crecimiento del comercio electrónico, y aunque hoy en día, de acuerdo a Mastercard, 80 por ciento del volumen actual de transacciones con tarjetas proviene de pagos presenciales, el e-commerce creció de un mercado de 126 millones de personas en 2016 a 156 millones en 2019.
Pero no es suficiente tener una contraseña fuerte para sentirse seguro en una transacción en línea, pues se necesitan productos o tarjetas que ofrezcan una tokenización dinámica, es decir, que cambie y se cifre constantemente el número de seguridad para confirmar una transacción. Afortunadamente cada vez son más las compañías que ofrecen estas opciones de ciberseguridad.
Pero también son sorprendentes otras tecnologías que verifican de forma casi inconsciente la identidad del usuario, como la Decision Intelligence de Mastercard, que utiliza inteligencia artificial para medir el nivel de riesgo de una transacción, examinando la actividad de una cuenta a lo largo del tiempo para detectar los comportamientos de compra frecuentes e infrecuentes, la ubicación de dónde se hace la transacción, los datos del dispositivo y hasta la hora del día y el tipo de compra realizada para poder detectar si es, o no, una compra fraudulenta.
Los hábitos de compra están cambiando. Los pagos presenciales son más que los que se hacen en línea, pero para las generaciones que vienen es probable que cambien éstos, y aunque es responsabilidad del usuario protegerse de fraudes, saber que cada vez más la inteligencia artificial y la tecnología pueden ayudar a crear transacciones seguras da esperanza de que un día podamos vivir en un ciberespacio casi libre de robos y fraudes.
Da esperanza saber que cada vez más la tecnología ayuda a generar operaciones seguras