Construir la paz, restablecer la seguridad
La Guardia no puede ir sola, necesita el acompañamiento de las policías estatales y municipales
La inseguridad es la principal preocupación de la sociedad. El presidente Andrés Manuel López Obrador, en su mensaje del pasado 1 de julio, en un hecho de transparencia, rendición de cuentas y congruencia, reconoció que a pesar de los esfuerzos, como la estrategia de combate al huachicol que ha sido exitosa, prevalecen las mismas condiciones en materia de inseguridad que existían antes de su toma de posesión. Apenas un día antes, el 30 de junio, 70 mil elementos de la Guardia Nacional se desplegaron en 150 regiones del país.
Debe reconocerse que la Guardia Nacional no puede ir sola en la lucha contra la delincuencia, necesita el acompañamiento de las policías estatales y municipales. Estoy seguro de que la Guardia Nacional hará muy bien su trabajo, pero el fortalecimiento de las policías locales resulta fundamental. Debe crearse un modelo que nos permitirá generar policías con las características de lealtad, profesionalismo y disciplina con el cual fue concebida la Guardia Nacional. Se requieren policías mujeres y hombres leales y profesionales que protejan la seguridad de las y los mexicanos.
La creación de la Guardia Nacional es solo uno de los ocho ejes del Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024, que en noviembre del año pasado, el entonces Presidente electo presentó a la sociedad. Los ocho ejes del Plan son: 1) Erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia; 2) Garantizar empleo, salud y bienestar; 3) Pleno respeto y promoción de los derechos humanos; 4) Regeneración ética de la sociedad; 5) Reformular el combate a las drogas; 6) Emprender la construcción de la paz; 7) recuperación y dignificación de las cárceles, y 8) Seguridad pública, seguridad nacional y paz.
A diferencia de gobiernos anteriores, el plan que presentó el Presidente es integral, ataca las formas y el fondo de los problemas. Particularmente, ataca de fondo dos aspectos sustanciales de la problemática de la inseguridad: erradicar la corrupción y cambiar las condiciones de vida de los jóvenes. La corrupción es el mayor mal de nuestra vida pública, su combate y erradicación son fundamentales para que las cosas cambien, para lograr finanzas sanas, para generar las condiciones que permitan el desarrollo económico y, por supuesto, para que se supere la situación de violencia e inseguridad que padece nuestro país.
Los gobiernos neoliberales condenaron a la marginación a millones de jóvenes que genérica y despectivamente llamábamos ninis. El crimen organizado vio en esos jóvenes sus ejércitos de reserva. Los programas sociales del gobierno de México, como Jóvenes Construyendo el Futuro y las Universidades y becas Benito Juárez, tienen un profundo sentido de justicia social, pero también, por primera ocasión desde el gobierno se despliega una estrategia para disputarle a la delincuencia a este sector de la sociedad.
Hasta el momento más de 700 mil jóvenes ya forman parte de este programa y al terminar el año los inscritos superarán el millón, por lo que, como se dijo en campaña y se cumple en la realidad: becarios sí, sicarios no.