Llegada al poder de Morena dejó sin liderazgos al partido: fundador
Pedro Miguel apoya mantener cerrado el padrón de militantes y evitar factores externos
A un año de la victoria electoral presidencial, Morena está en crisis porque no tiene claro como desempeñarse como partido en el gobierno, admitió uno de sus fundadores, Pedro Miguel, quien dijo que es necesaria una evaluación para dilucidar si el partido quiere ser solo un proyecto unisexenal.
El fundador de Morena reconoció que “perdimos a nuestro principal fundador, referente y dirigente, y me temo que no hemos procesado esa orfandad”, pues el Presidente ya no ejerce la jefatura máxima del partido, como ocurrió desde su fundación y hasta su triunfo electoral.
Advirtió que si Morena no logra reacomodarse con base en principios y comienzan a agruparse en corrientes facciosas, que pugnan por cargos sin más deseo que el poder, “habremos encontrado en la victoria nuestra derrota final”.
Apuntó que “es preciso dilucidar si la Cuarta Transformación es un proyecto unisexenal y si en él Morena agotará su historia o El fin de semana se llevó a cabo el Consejo Nacional de esa organización política. si, por el contrario, debemos abocarnos a la tarea de construir una institución política con un perfil propio y perdurable”.
Ante el Consejo Nacional, el periodista e integrante del comité técnico que conformó el fideicomiso que dio paso a Morena, admitió que en el partido “carecemos de definiciones programáticas precisas y no vinculadas a las del plan de gobierno de Andrés Manuel López Obrador”.
Sostuvo que si Morena pretende llegar con una mínima coherencia a la elección de 2024, “debemos construir una visión de largo plazo del país” y admitió que Morena perdió a la mayoría de sus cuadros, con su inclusión en el gobierno federal y “el vaciamiento del partido es inocultable”.
Reconoció también que la cantidad de recursos públicos que recibe Morena “abre de manera inevitable un margen propicio para las disputas internas, las ambiciones personales y los procesos de descomposición”.
Por ello, planteó el morenitas que de cara a la renovación de la dirigencia nacional en noviembre próximo, Morena debe definir si es capaz de rescatarse y consolidar su perfil como una entidad política única en el mundo o si sucumbe a las dinámicas que destruyeron al PRD o, peor aún, a las que confluyeron en la formación del PRI.
Puntualizó que quienes aspiren a cargos directivos en Morena deberán constituirse en ejemplos de honestidad intelectual, política, moral y administrativa y renunciar a las prácticas de la politiquería, los golpes bajo la mesa, la intriga y la seducción y compra de voluntades.
Por ello propuso que quienes aspiren a un cargo, renuncien con antelación a los puestos que ocupan; la organización de debates internos para conocer las ofertas políticas y que las campañas internas no cuenten con estrategias de marketing político para posicionarse entre las bases.
Asimismo avaló la decisión de que el padrón de militantes se mantenga cerrado, a fin de evitar la incursión de grupos externos al partido que pudieran inclinar los procesos en favor de algún aspirante.