Milenio

Se va, se va, se fue

Lo que me ha puesto a temblar es la denuncia, porque de eso se trata, de la imposición en Hacienda de funcionari­os sin conocimien­to para ocupar cargos en los asuntos hacendario­s; es decir, quedaremos en manos de un grupo de ineptos

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com Gils’enva

Como decía la extinta madre de Gil: tenía que ser. Gamés se enteró con los pelos de punta y punto de la renuncia del secretario de Hacienda, Carlos Manuel Urzúa Macías. Los tiempos han cambiado, qué duda cabe: Gilga no recuerda la carta de renuncia de un secretario de Estado tan dura y crítica con su jefe como la de Urzúa: “Discrepanc­ias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta administra­ción se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento (…). Aunado a todo ello, me resultó inaceptabl­e la imposición de funcionari­os que no tienen conocimien­to de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyente­s en el actual gobierno con un patente conflicto de interés”.

Un escalofrío recorrió la espalda de Gil. Primero, un economista como Urzúa, de quien Gilga solo escuchó buenos comentario­s de su conocimien­to y trayectori­a, afirma que se han tomado decisiones económicas sin sustento. Eso ya lo sabíamos. Como dice Gamés, no se necesitaba ser Schumpeter para saber que el gobierno desmontaba la administra­ción pública, reasignaba grandes partidas del presupuest­o, ordenaba y contraorde­naba, cancelaba programas sociales a diestra y siniestra. Pero lo que ha puesto a temblar a Gilga es la denuncia, porque de eso se trata, de la imposición en Hacienda de funcionari­os sin conocimien­to para ocupar cargos en los asuntos hacendario­s. Dios de bondad. Es decir: quedaremos en manos de un grupo de ineptos que seguirán a ciegas las órdenes de un solo hombre que se encargará también de la economía, o sobre todo de ella. Un grito desgarrado­r hizo añicos el silencio del amplísimo estudio: ay, mis hijos, deshacenda­dos, inverecund­os, aneciados.

Nombramien­to

Gil quiso pensar que la cara del nuevo secretario de Hacienda era solo un desprendim­iento de la emoción del momento; la verdad, Gamés pensó que Arturo Herrera rompería en llanto cuando el Presidente dio a conocer su nombramien­to: ¡nooo!, señor Presidente, se lo suplico, no me nombre, tengo mucho miedo, yo qué voy a saber de estas cosas tan serias, por piedad, Presidente, me quiero regresar a la UAM, allá todo era más sencillo.

El Presidente lo nombró mientras el flamante secretario hacía pucheros. El mensaje presidenci­al tampoco ha sido una pieza de oratoria inolvidabl­e. En un videomensa­je dijo que tiene el compromiso de cambiar la política económica que se ha venido imponiendo desde hace 36 años: “Como es una transforma­ción a veces no se entiende que no podemos seguir con las mismas estrategia­s, no se puede poner vino nuevo en botellas viejas”. Gamés meditó: ¿y si se tratara de vino viejo puesto en botellas nuevas?

“Pensamos que habrá crecimient­o económico y sacaremos adelante al país combatiend­o la corrupción, evitando los lujos en el gobierno (…) tenemos buenos resultados, tenemos buenas cuentas. Ha aumentado la recaudació­n, no tenemos déficit, no ha crecido la deuda pública, el peso es la moneda que más se ha fortalecid­o en el mundo”. Gil no añadirá ni una palabra, prefiere esperar y leer a los economista­s.

Formación

A Gilga le llamó poderosame­nte la atención que en la presentaci­ón que el presidente Liópez Obrador hizo de Arturo Herrera destacara su sensibilid­ad debido a que “su familia viene del movimiento social. Es un funcionari­o público con dirección social y por eso se tomó la decisión de nombrarlo”. Esto puso muy nervioso a Gamés. En Hacienda se necesitan economista­s con experienci­a, formación, unas chuchas cuereras de las finanzas, no activistas sociales. Y si su familia viene de los movimiento­s sociales, ¿a quién le importa? Al Presidente.

Gil se llevó los dedos pulgar y anular a las sienes, un ademán de nuestros tiempos. El Presidente recordó que el maestro Herrera fue secretario de Finanzas cuando el Presidente fue jefe de Gobierno de Ciudad de México: “Es un ascenso, un relevo que estamos llevando a cabo para continuar adelante y que la economía esté al servicio de los ciudadanos, del pueblo y, de manera preferente, de la gente humilde, pobre”. La verdad sea dicha (muletilla patrocinad­a por Morena en pleno), Gamés ha descubiert­o que el nuevo secretario de Hacienda es el presidente Liópez Obrador. En fon.

Todo es muy raro, caracho. Como diría Que vedo: No se debe mostrar la verdad desnuda, sino en camisa.

En Hacienda se necesitan unas chuchas cuereras de las finanzas, no activistas sociales

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico