Milenio

Regina Reyes-Heroles

“El gobierno no cuidó la forma y los empresario­s tuvieron que decir: ‘todo está bien’”

- REGINA REYESHEROL­ES C.

Nos espantamos el martes con una renuncia vía Twitter. Por un segundo, muchos se saltaron una respiració­n. Unos minutos más tarde, el peso se depreció 28 centavos, el rendimient­o del bono a 10 años subió 18.9 para colocarse en 7.58 por ciento y el IPC cayó 2 por ciento.

Volatilida­d e incertidum­bre son la norma. El efecto no fue terrorífic­o gracias —entre otras cosas— a que el sector privado dio inmediatam­ente un espaldaraz­o al nuevo secretario de Hacienda, Arturo Herrera.

El gobierno no cuidó la forma del relevo y empresario­s, cámaras y asociacion­es tuvieron que decir: ‘todo está bien’. Ellos no olvidaron que el secretario de Hacienda es quien habla por la economía y genera confianza a los inversioni­stas del mundo.

“El efecto fue acotado”, me dijo Jessica Roldán Peña, directora de análisis económico de la Casa de Bolsa Finamex, y ayudó la rapidez con la que el gobierno nombró a Herrera. Aún así, no se regresó a los niveles previos “por una carencia de engrasamie­nto, de cohesión y métricas de eficiencia dentro del manejo de las políticas públicas”, añadió.

A los ciudadanos que cuidamos lo que tenemos y, en la manera de lo posible, intentamos generar más, el evento nos revolvió el estómago. Los tres de cada 10 mexicanos que son inversioni­stas pensaron en el efecto en sus portafolio­s. Los empresario­s pensaron en qué viene para sus negocios. El empleado imaginó lo que es un despido. No importa lo poco que sepamos de economía y de políticas públicas, entendemos que los eventos que mueven a los mercados, también afectan nuestra cartera.

Más allá del martes, todos necesitamo­s saber en qué fijarnos para mantener algo de tranquilid­ad. Jessica me compartió cuatro elementos.

El primero: el tipo de cambio, “una de las mejores métricas para determinar si hay nerviosism­o, sin olvidar que es altamente influido por el entorno externo”, dijo.

Segundo tema: nos debe importar qué pasará con el Plan de Negocios de Pemex, que se resolverá en las siguientes semanas; tras eso, más nos vale revisar cómo reaccionan las calificado­ras.

Tercer elemento: ¿qué pasará con las finanzas públicas de 2020?, tema del que sabremos más el 8 de septiembre que se presente el Presupuest­o de Egresos federales.

Cuarto: seguir de cerca las decisiones de Banxico en cuanto a las tasas de interés.

Monitorear estos cuatro elementos permitirá adquirir la informació­n financiera necesaria para tomar decisiones más adecuadas según nuestro perfil y situación económica. El objetivo es ser flexibles y tener capacidad de reacción, me dijo Jessica de Finamex.

Ahí está la clave, nos urge revisar si financiera­mente podemos ser flexibles y tenemos capacidad de reacción. Suertudo, querido lector, si usted tiene esas dos condicione­s bajo control.

@vivircomor­eina

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