Tenemos que hablar de rentas
Con frecuencia me toca ser aval de colegas y amigas que me buscan para ser su aval en la renta de un departamento, pues los propietarios exigen que alguien responda en caso de falla al pagar la mensualidad. Siempre accedo sin titubear pues sé lo difícil que resulta conseguir vivienda en Ciudad de México. Sin embargo, hay miles que no tienen la posibilidad de pagar las cantidades que te exigen para rentar un departamento en la capital del país, ya no digamos conseguir un aval.
Las rentas están por los cielos desde hace años y no paran de subir por la escasez de vivienda en renta, agudizada con la llegada de Airbnb, Booking, Trivago, Home away, Hoteles.com, Expedia y otras empresas de tecnología.
De por sí teníamos problemas con la especulación inmobiliaria y ahora con las nuevas empresas tecnológicas la situación comienza a empeorar.
Como ha documentado Baruch Sanginés —@datavizero— tan solo Airbnb pasó en 10 años de nueve alojamientos a más de 18 mil, con una concentración en tres alcaldías:Cuauhtémoc,BenitoJuárezyMiguelHidalgo.
Ese fenómeno que expulsa a los habitantes de zonas centrales hacia la periferia de las ciudades no es exclusivo de México, sino parte de una transformación mundial que se vive y se sufre lo mismo en Bogotá que enBuenosAiresoBarcelona,estaúltimaciudadqueha emprendido acciones duras contra el avance de Airbnb.AdaColau,laalcaldesa,provienedelmovimientoen contradelosdesahucios,deahísucompromisoparadefender la vivienda social.
Las luchas por la vivienda tampoco son ajenas a Ciudad de México, sino más bien una de sus características desde hace por lo menos un siglo. En los años veinte hubo enfrentamientos para evitar desalojos de vecindades y una huelga general de inquilinos retratada en las páginas de El Demócrata.
Tras los sismos de 1985, la demanda por la reconstrucción de vivienda dio vida a un vigoroso movimiento social que más tarde nutrió a los partidos y provocó que surgiera el Instituto de Vivienda de la capital.
La elevación sin medida de las rentas provoca efectos negativos para la ciudad y es necesario que el Estado intervenga con mayor fuerza en la regulación del mercado inmobiliario, en la industria de la construcción y en la explotación del suelo urbano.
La Ciudad de México tiene amplias reservas de espacio vertical en corredores urbanos que pueden utilizarse para la construcción de vivienda social en renta. Se hizo un intento con la Norma 26 que permitía mayores alturas a cambio de incluir vivienda económica, pero los desarrolladores la pervirtieron y se frenó.
Tambiénhayzonasquesehandespobladoenlosúltimos años y que hasta el mismo Carlos Slim les ha puesto el ojo para explotar, como ocurrió en la colonia AmpliaciónGranada—ElnuevoPolanco—dondesecometieron erroresdeplaneaciónyhastadesolucionesdemovilidad.
La alcaldía de Azcapotzalco, por ejemplo, ha perdido más de 300 mil habitantes y podría ser parte de una gran iniciativa de vivienda. Lo mismo pasa en colonias como la Obrera, la Doctores o la Morelos en la alcaldía de Cuauhtémoc. Planes ya existen, lo que falta es decisión política.
La elevación sin medida de arrendamientos provoca efectos negativos para CdMx