Parchís y Mario Iván Martínez
Dígame, por favor, que ya vio Parchís, el documental sobre este grupo infantil de finales de los años 70, principios de los 80, que se estrenó ayer en Netflix.
¿Nos ele hace la cosa más excepcional mente sorprendente de la temporada? Claro, sorprendente para una nueva generación porque para quienes tenemos nuestros años, estos fenómenos y esta clase de emisiones son poco menos que un lugar común. Imposible mirar Parchís y no sonreír, no suspirar. Imposible mirar Parchís y no acordarse de Historias engarzadas, de La historia detrás del mito.
¿Cuál es la nota? Primero, que no deja de ser irónico que mientras que nuestras más populares televisoras abiertas privadas han dejado de apostar por esta clase de conceptos, Netflix los está resucitando. Segundo, que no estamos hablando de un documental “bonito”, de un especial donde todo sea hermoso. Esto muestra cosas duras, oscuras, siniestras. Por eso funciona. Tercero, que al igual que Stranger Things, se trata de un proyecto que vale por su legado emocional. Los padres lo miran porque lo vivieron, pero al mismo tiempo lo comparten con sus hijos en una suerte de herencia cultural. Es tv familiar del siglo XXI. Y cuarto, lo más importante, que Netflix no lo estrenó en fin de semana. Lo sacó un miércoles, en el día más importante de toda la industria de la tv, generando competencia y mandando un admirable mensaje de flexibilidad. Dígame, por favor, que ya vio Parchís, el documental sobre este grupo infantil de finales de los años 70, principios de los 80. Es muy bueno. Es noticia. ¿A poco no?
Girasoles
Mario Iván Martínez es para la actuación lo que Vincent Van Gogh para la pintura: un genio, un titán, un hombre con una sensibilidad excepcional, brutal.
Verlos juntos en el Teatro Helénico en Vincent, girasoles contra el mundo es una de las experiencias artísticas más poderosas que cualquier ser humano puede experimentar. Y lo digo así: verlos juntos, porque ver a Mario Iván interpretando a Van Gogh no es ver a un actor dándole vida a un personaje, es ver la fusión perfecta entre un artista y su obra, entre un hombre y otro. En este espectáculo inspirado en la correspondencia entre este pintor y su hermano está pasando algo del más alto nivel internacional, algo que ningún amante del teatro se puede perder. Si usted es de las personas que viajan a EstadosUnidos o a Europa para ver el mejor teatro del mundo le juro que si esto se supiera allá, la gente de E U y Europa vendría a México exclusivamentea vera MarioIván en Vincent. No solo estamos hablando de algunas de las estampas más representativas de la vida de este inmenso visionario. Estamos hablando de un apuesta en escena capaz des acudir el alma de cualquiera, de un acto de justicia para una persona que lo dio todo. Por eso este ejercicio de teatro de cámara donde también participan Paula Comadurán y Fernando Memije bajo la dirección de Luly Rede, le pega tanto al público. Por eso lo pone a pensar. Por eso le da otro sentido a cualquier existencia .¿ Qué está esperando? Corra a inspirarse. Corra a vivir este privilegio que se presenta todos los lunes alas 20:30 en el Teatro Helénico. Le va a encantar. Se lo garantizo.
alvaro.cueva@milenio.com