Milenio

Crítica del nuevo Rey león

- SUSANA MOSCATEL

susana.moscatel@milenio.com

Hablar de la técnica y los movimiento­s de cada uno de los animales tal vez no resulte tan interesant­e

Y cómo estuvo la película?, me preguntó alguien en el elevador del icónico Hotel Roosevelt, viendo que regresaba de la premier y aun traía en la mano una galleta en forma de la pisada de Simba y en ese momento, enfrente de un perfecto desconocid­o, que no podía huir, me solté a llorar. Obviamente era alguien de la industria porque me dijo: “Live action, it gets you every time” (te pega siempre más cuando es acción real). Traté de murmurar algo respecto a mi padre y la muerte de Mufasa, pero para entonces para su fortuna el hombre ya había llegado a su piso. Respire profundo. No me había dado cuenta cuántas emociones había estado conteniend­o.

En términos prácticos este Rey león, el de Jon Favreau en verdad no es acción real, sino efectos especiales de principioa fin. Pero aunque todo haya sido creado en una computador­a no significa que estamos viendo una animación. Verdaderam­ente sentí que estaba, como nos había ya comentado el también director de Ironman, dentro de un documental de Animal Plan e to National Geographic, exceptoque con una historia que no solo me conozco de principio afinen todos sus formatos y entres idiomas. Y evidenteme­nte somos millones así.

Era como haber llegado a casa y ahora no podía escudarme en “solo es una caricatura”. No lo es. Para alguien de mi generación, a quienes ya nos han pasado encima varias manadas de ñus en estampida, uno diría que sería más fácil ver ciertas escenas. Al contrario, fue la experienci­a más fuerte que he tenido con varios momentos de la historia porque aquí como Scar no tienen piedad. Hasta que llegan Timón y Pumba a dar malos consejos (palabras de la directora Julie Taymor, cuando montaban la obra en México) en el momento perfecto. Simba necesitaba de ese nihilismo para sobrevivir el trauma de haber “matado a su papa”. Nosotros, me doy cuenta, también.

Hablar de la técnica y los movimiento­s de cada uno de los animales (evidenteme­nte alucinante­s) tal vez no resulte tan interesant­e como decir que me doy cuenta de lo difícil que ha de haber sido no caer en la trampa de hacer que gesticular­an como humanos. Funciona en la caricatura, aquí hubiese sido un desastre. En lugar de eso, hubo resguardo, respeto y sí, mucho énfasis en el trabajo de las voces. También hubo decisiones importante­s respecto a que sí se podía sacrificar y que no de la cinta original.

Alguien me escribía ,“cuenta todo, al fin que aquí no hay spoilers”, y le respondí, dándome cuenta en el momento que no era así. Hay muchos si es que entro en detalle del por qué creo que a la vez de estar tomando un gran riesgo con algunos de los mejores momentos de la cinta (“Be prepared”, por ejemplo), siento que es una visión valiente y delicada. La gente no quiere cambios. Ninguno. Y bueno, si no son fundamenta­listas creo que saldrán tan emocionado­s como yo lo hice. Amé que en los créditos se escuchan versiones de algunas canciones del apuesta en escena. Y aunque la película es prácticame­nte una apología al patriarcad­o de origen, hace cosas extraordin­aria mente interesant­es con sus roles femeninos. No dudo que la nueva canción de Beyoncé sea un gran éxito (tiene tintes de “Circle of Life” así que sentirán que ya la habían oído antes ), pero me sobró un poco. ¿Qué tal si lo volvemos a platicar cuando se estrene el próximo 19 de Julio y comparamos notas?

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