“Un término que debemos aplicar de inmediato es el de finanzas sostenibles”
Nuestra supervivencia depende de nuestra capacidad de ser sostenibles. La tarea es titánica y urgente: garantizar toda necesidad sin comprometer el futuro.
Un término que debemos entender y aplicar de inmediato es el de finanzas sostenibles, es decir, incluir en las decisiones de inversión a largo plazo cuestiones medioambientales y sociales, me explicó Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA.
“Nos queda mucho por hacer a la banca, pero se dan ya pasos acelerados para ofrecer soluciones sostenibles. Hay dos instrumentos: la emisión de bonos sostenibles, verdes o sociales, y los préstamos verdes”, me dijo Antoni.
En México hay, por ejemplo, Certificados de Emisiones Reducidas (CER) que operan en la Bolsa de Valores desde 2015. Estos bonos de carbono han sido utilizados por empresas como Volaris, Aeroméxico, Manpower y el Club de Futbol Tigres. También hay dos nuevos ETFs ESG (Environmental, Social and Governance) de Vanguard, que tienen criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo. Y claro, el IPC Sustentable en la BMV, conformado por 30 empresas, que en los últimos ocho años ha tenido un rendimiento de 31 por ciento. Es un listado interesante, pero ni cercano a suficiente.
A finales de 2018 había inversiones sostenibles por unos 30 billones de dólares en el mundo. Pero se requieren alrededor de seis billones de dólares anuales de inversión para acometer la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la famosa ruta adoptada por México y otros países, para erradicar la pobreza, proteger al planeta y asegurar la prosperidad. Ser sostenible parece, si se piensa en este monto, sumamente difícil de lograr.
No podemos desistir, querido lector. Podemos buscar inversiones verdes y redituables, y tomar decisiones de consumo que aporten. “Hay ámbitos de nuestra vida cotidiana que son muy relevantes en el impacto, el más grande es el de vivienda y su consumo energético. que representa alrededor de 40 por ciento de nuestra huella ambiental”, me dijo Antoni, de BBVA. En México, para disminuir los consumos de recursos naturales está el monto adicional de los créditos de Infonavit que se conoce como Hipoteca Verde. Otro esfuerzo individual.
Pero este riesgo financiero no se enfrenta vía esfuerzos individuales, sino colectivos, por eso debemos lograr finanzas sostenibles como norma. “Somos el banco más grande en México y no podemos mover todo lo que se necesita, por eso es importante que Banorte, Santander y CitiBanamex estén comprometidos también para conseguir la escala del cambio que se necesita”, me dijo Antoni. Ellos, los más grandotes, ya se unieron.
Faltan solo 11 años para 2030, no hay tiempo que perder. Los invito a revisar cómo lograr que nuestras finanzas sean, día a día, más sostenibles.