Milenio

“Crimen pasional”: la fabricació­n

- ALFREDO CAMPOS VILLEDA

Un comando de por lo menos cinco personas, con la informació­n disponible al cierre de esta edición, ha organizado un atentado en una exclusiva y supervigil­ada plaza comercial del sur capitalino, que se consuma a las cinco de la tarde con veintidós minutos del miércoles 24 de julio. De acuerdo con la

hora del video del restaurant­e que fue escenario de los hechos, una mujer y un hombre se sientan a unos 10 metros de la mesa de sus objetivos, dos varones que, después supimos, son israelíes.

A las seis de la tarde con siete minutos, es decir, tres cuartos de hora después del ataque que deja dos muertos y una mujer detenida cuando huía, han sucedido dos cosas insólitas: la policía ha logrado capturar a una de las personas señaladas de disparar a los comensales y la procuradur­ía capitalina ya sabía y divulgaba por mensajería instantáne­a, vía personal de su vocería, que se había tratado de un “crimen pasional”. Es decir, en cuarenta y cinco minutos la policía capitalina se entera, acude y detiene a una presunta responsabl­e, y el Ministerio Público ya sabe y difunde el móvil.

Más. A las seis de la tarde con doce minutos, por la misma mensajería, confirma que hay muertos y dos minutos después que tiene una mujer aprehendid­a. A las seis con veinticuat­ro, es

@acvilleda

En 45 minutos el Ministerio Público ya difundía el móvil

decir, una hora con dos minutos después del atentado, los chats ya divulgan la narrativa consistent­e en que la mujer, confesa del asesinato, declara haber actuado por la infidelida­d de uno de los abatidos, a quien había conocido en Facebook, y que compró el arma homicida en siete mil pesos en Tláhuac.

A las seis cuarenta y cinco de la tarde, es decir, ochenta y tres minutos después de lo que se convierte más tarde en un doble crimen, cae por WhatsApp un video con la imagen de la detenida en una patrulla y ocho minutos más tarde surge el primer comunicado de la procuradur­ía, el 1917/19, que cita: “La persona sería la presunta responsabl­e de perpetrar los disparos y fue trasladada a la Fiscalía de Homicidios, cuyas primeras declaracio­nes apuntan a que se trató de un crimen pasional”.

Curioso. Queriendo atribuir la confesión de “crimen pasional” a Esperanza N., el comunicado se la hace decir a la Fiscalía de Homicidios.

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