“Crimen pasional”: la fabricación
Un comando de por lo menos cinco personas, con la información disponible al cierre de esta edición, ha organizado un atentado en una exclusiva y supervigilada plaza comercial del sur capitalino, que se consuma a las cinco de la tarde con veintidós minutos del miércoles 24 de julio. De acuerdo con la
hora del video del restaurante que fue escenario de los hechos, una mujer y un hombre se sientan a unos 10 metros de la mesa de sus objetivos, dos varones que, después supimos, son israelíes.
A las seis de la tarde con siete minutos, es decir, tres cuartos de hora después del ataque que deja dos muertos y una mujer detenida cuando huía, han sucedido dos cosas insólitas: la policía ha logrado capturar a una de las personas señaladas de disparar a los comensales y la procuraduría capitalina ya sabía y divulgaba por mensajería instantánea, vía personal de su vocería, que se había tratado de un “crimen pasional”. Es decir, en cuarenta y cinco minutos la policía capitalina se entera, acude y detiene a una presunta responsable, y el Ministerio Público ya sabe y difunde el móvil.
Más. A las seis de la tarde con doce minutos, por la misma mensajería, confirma que hay muertos y dos minutos después que tiene una mujer aprehendida. A las seis con veinticuatro, es
@acvilleda
En 45 minutos el Ministerio Público ya difundía el móvil
decir, una hora con dos minutos después del atentado, los chats ya divulgan la narrativa consistente en que la mujer, confesa del asesinato, declara haber actuado por la infidelidad de uno de los abatidos, a quien había conocido en Facebook, y que compró el arma homicida en siete mil pesos en Tláhuac.
A las seis cuarenta y cinco de la tarde, es decir, ochenta y tres minutos después de lo que se convierte más tarde en un doble crimen, cae por WhatsApp un video con la imagen de la detenida en una patrulla y ocho minutos más tarde surge el primer comunicado de la procuraduría, el 1917/19, que cita: “La persona sería la presunta responsable de perpetrar los disparos y fue trasladada a la Fiscalía de Homicidios, cuyas primeras declaraciones apuntan a que se trató de un crimen pasional”.
Curioso. Queriendo atribuir la confesión de “crimen pasional” a Esperanza N., el comunicado se la hace decir a la Fiscalía de Homicidios.