CCE, entre el diálogo o la confrontación
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El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) empezó a gestarse en mayo de 1975 con la declaración de principios que hizo pública, pero se fundó legalmente en agosto de 1976 durante el gobierno del presidente Luis Echeverría, como una “respuesta del sector productivo nacional a la creciente intervención del gobierno en la economía y la aplicación de medidas claramente populistas”. Su primer dirigente fue Juan Sánchez Navarro.
Desde esa época no ha habido una transformación a fondo a pesar de que en 1982, cuando la expropiación bancaria del presidente José López Portillo, se cimbró toda la estructura empresarial porque dentro de la bolsa accionaria de los bancos estaban las principales empresas del país. Manuel J. Clouthier, presidente del CCE, se enfrentó a JLP, y su sucesor, Jorge Chapa Salazar, fijó posturas irreductibles pero negoció con Miguel de la Madrid, quien desligó empresas productivas de la expropiación y aceptó varias propuestas de política pública provenientes de la IP.
Contra lo que se piensa, ningún Presidente de la República ha visto como aliado flexiblealCCE.Conninguno ha habido luna de miel. Con todos ha habido rispideces, encontronazos y negociación. Los asesores de la nuevadirigenciaempresarial,encabezadapor Carlos Salazar, creen que es hora de innovar, de modernizar la estructura del CCE ante el escenario complicado y adversoexpuestoporelgobiernodelpresidenteAndrés Manuel López Obrador, quien desde hace años los acusaengeneraldecorruptosyculpablesdelatrasosocial y económico por promover políticas neoliberales.
El camino a seguir solo tiene dos rutas: la confrontación o el diálogo razonable para estar dentro de la agenda nacional y solucionar diferencias, porque lo que está de por medio es la estabilidad del país, no solo del sector. “La historia nos dice que el CCE era más reactivo a decisiones de política pública que promotor de propuestas. Y hoy, por las circunstancias del cambio, tenemos que dialogar, proponer, estar en la agenda. Estamos tratando de convencer a la autoridad de que hay cosas que se pueden hacer mejor”, me puntualiza Salazar Lomelín.
Hay liderazgos empresariales que no ven que la nueva estructura del CCE sea de real contrapeso del actual gobierno, porque creen que se están perdiendo márgenes de negociación y porque se cooptó a las dirigencias del CCE y del Consejo Mexicano de Negocios.
No ven que la nueva estructura del organismo sea de real contrapeso del actual gobierno