No hay que confundirnos
Pa rece que hay una confusión seria cuando hablamos sobre la economía mexicana, para el gobierno las cosas están bien y espera un crecimiento este año de 2 por ciento; la mayor parte de los analistas no coincide con esta opinión y ya se han manifestado, en el sentido de que la mayoría piensa que este 2019 el crecimiento de México estará por debajo de 1 por ciento. La confusión estriba en que el Presidente insiste, y tiene razón, en que hay logros importantes como la estabilidad cambia ria, que la inflación esté declinando, que el tamaño
de la deuda ha disminuido un poco y que este año lograremos un superávit primario del orden de 1 por ciento del PIB. Todo lo que dice el Presidente es cierto, pero no es suficiente para generar bienestar; el Presidente quiere que haya desarrollo, no nada más crecimiento, pero la mala noticia es que es imposible generar desarrollo sin crecimiento.
Así como hay algunos buenos indicadores como los mencionados anteriormente, hay otros que son francamente preocupantes, dentro de los cuales destaca la caída enorme de la producción industrial, los prácticamente nulos niveles de inversión, la falta de dinamismo en la creación de empleos; es más, este año se crearán alrededor de 40 por ciento menos empleos que el año pasado. También la construcción muestra un enorme deterioro y el consumo que nos había ayudado en los años pasados este año está en franco declive; la inversión extranjera directa, que es la que deberíamos de fomentar, no presenta buenas perspectivas y la inversión financiera o golondrina —como mejor se conoce— empezó el año creciendo en 140 mil millones de pesos, mismos que se perdieron de mayo a julio. Si metemos todos estos datos en una licuadora el resultado es negativo; los buenos indicadores de estabilidad no son suficientes para generar bienestar. Si dejamos lo económico y nos metemos a cosas más importantes como los temas de seguridad, los resultados son francamente desalentadores, cada día estamos peor; me preocupa que el gobierno no reconozca que estamos mal, porque entonces las cosas seguirán igual o peor.
Me voy a atrever a hacer una predicción: el miércoles salió el dato de la inflación, que fue francamente bueno, ya que nos llevó a una inflación acumulada de 3.84 por ciento, lo cual indica que ya estamos en el rango que le gusta al Banco de México; el viernes, o sea hoy, sale el dato del IGAE sobre el comportamiento de la economía en mayo, ese dato no será bueno y demostrará la tesis de que a pesar de que hay variables que muestran estabilidad, estas no son suficientes para tener bienestar.
No hay que confundirnos, es importante seguir buscando la estabilidad, pero al mismo tiempo ya va siendo hora de que se reconozca que tenemos que hacer otras cosas que nos permitan generar confianza, inversión y crecimiento. Hay que ser pragmáticos, tenemos que hacer lo que sí sirve y olvidarnos de si las decisiones son moralmente correctas o neoliberales.