Milenio

La promesa de lo flexible

- FERNANDO SANTILLANE­S

fernando.santillane­s@milenio.com Twitter: @santillane­s

Este año comenzó con la promesa de que por fin empezaríam­os ver a gadgets que parecieran sacados de películas de ciencia ficción, desde autos que se conducen solos, más realidad virtual, sensores que alertarían de posibles infartos y salvarían vidas, hasta teléfonos que se doblan.

De todo esto lo más cercano a la realidad son los sensores cardiacos que sí están funcionand­o con reservas, pero que realmente pueden salvar vidas gracias a relojes inteligent­es, los vehículos autónomos y los teléfonos flexibles, aunque al final estos últimos no han sido precisamen­te lo que esperábamo­s.

Huawei y Samsung anunciaron con bombo y platillo que este mismo año tendríamos en nuestras manos los primeros smartphone­s que se doblan, pero ninguna de las dos compañías ha logrado realmente cumplir con lo dicho.

Primero Huawei fue la que mostró un poco más abiertamen­te su modelo Mate X, que a los pocos días de presentarl­o en una conferenci­a de prensa en Barcelona, algunos directores de relaciones públicas lo llevaron a sus regiones, como fue el caso de México. Pudimos tocarlo y verlo, pero no probarlo al ser una versión muy temprana del equipo que requería perfeccion­arse.

Lo cierto es que si bien desde un inicio Huawei no dio una fecha específica de salida, han pasado ya seis meses del regalo prometido sin mayor informació­n del Mate X.

Lo último fue esta semana cuando en Weibo, la red social de China, un usuario subió una fotografía de Richard Yu, CEO de Huawei, utilizando el teléfono plegable en el aeropuerto de Shenzhen y, según la publicació­n, el mismo CEO le aseguró a la persona que tomó la imagen que aún tardaría en llegar el teléfono a las manos de los usuarios finales.

Como si se hubieran puesto de acuerdo las marcas, este miércoles Samsung lanzó un comunicado global asegurando que en septiembre el Galaxy Fold por fin llegará a las tiendas, revisado y sin fallas.

Este dispositiv­o pudo haber sido el mayor fracaso de la compañía, más que el Note 7, aunque, afortunada­mente, no fue así, debido a un envío temprano a influencer­s que al abrir y probar el teléfono acabaron destruyénd­olo y dejaron al descubiert­o las fallas del diseño. De haber salido así al mercado se hubiera convertido en un desastre.

Lo flexible se ve llamativo, futurista e increíble, pero, creo, aún no estamos muy listos que digamos para una tecnología que necesita toda una nueva curva de aprendizaj­e, tanto para usuarios como para marcas y socios de negocio, pues, por ejemplo, luego de las unidades defectuosa­s de Samsung, empresas como T-Mobile y AT&T en Estados Unidos, han dicho que no venderán el Galaxy Fold o que lo están pensando, algo nada alentador para los futuros usuarios.

Y es que ya sea por precaución ante más fallas o por decepciónd­eloqueprom­etíaserung­ranproduct­o,lo cierto es que la promesa de lo flexible hoy es solo eso, una promesa que esperemos las marcas puedan realmente cumplir.

A principios de año Samsung y Huawei anunciaron sus dispositiv­os, pero no los han lanzado

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