Cómo superar la ausencia de vida erótica
Son múltiples los motivos que detienen el ejercicio del placer. Cuando sucede, no todo está perdido; es cuestión de comprender los cambios
Es tiempo de vacaciones, de estar con la familia, con los hijos en casa o de visita con los padres, con los novios o novias de viaje por su cuenta, las madres cansadas con el chiquil le río en casa y los padres tratando de combinar el trajín cotidiano con el descanso oficial. Es el verano, que nos regala, a veces, un hermoso descanso, pero también pone de cabeza la rutina cotidiana, incluyendo la vida erótica de las parejas.
Puede ser que trate de algo temporal al tener que compartir la habitación del hotel, la casa familiar o por la separación a la que se ven obligados los más jóvenes. También es posible que se deba a que desde hace tiempo no se tiene una pareja estable ni una ocasionalo simplemente aquel a apatía ha llegado a la vida dedos personas que viven juntas, pero la cuestión es que no siempre es fácil re cobrar la chispa que encienda el fuego de la pasión.
A veces pasa que la gente no habla sobre el tema; simplemente deja que pase el tiempo, creyendo que tarde o temprano todo se arreglará. También les da vergüenza sacar el tema a colación porque creen que es rudo comentarlo o porque no quieren ser señalados como personas incapaces de “controlar” su líbido. El problema cuando esto pasa es que la ausencia de una vida erótica puede volverse costumbre, y mientras más tiempo pase, más difícil será recuperarla.
Se ha comprobado que no tener una vida erótica jamás matará a un ser humano. También que no tenerla nos puede transformar en personas tristes, incompletas o resignadas a no gozar de la emoción que ofrece el deseo y el placer sexual.
Por ello, es importante que aunque sea una situación de unos cuantos días o semanas, se hable al respecto, quedando claro que es una cuestión temporal que no debe convertirse
en algo definitivo. Es bueno poner un límite de tiempo( cuando se vayan los padres de nuestra casa, cuando no tengamos que compartir habitación con los niños, cuando se cumpla el trabajo absorbente ); hacerlo es una buena herramienta para incentivar el anhelo pues la esperase convierte en alimento para la excitación.
Cuando ya pasó más tiempo del señalado y aún no se retoma la erótica, entonces es necesario analizar qué pasó. Debe ser, primero, una labor individual que ayude a comprender el origen de la situación (comenzó con una pelea, hubo un malentendido, es por revancha, castigo o simplemente fue por un hecho aislado, como una separación temporal) sin reclamos ni enojos, para después comentarlo tranquilamente con el compañero o la compañera sexual.
En algunos casos dar este paso puede ser difícil,porque se dejó pasar el tiempo y ninguno de los dos olas dos sabe qué decir. En este caso, el trabajo de un sexólogoo unas exóloga puede ser de gran ayuda para dar ese salto que lleve a la pareja a recuperar el enorme gozo que puede generar la vida erótica compartida.
La carencia de una vida erótica puede volverse costumbre, y mientras más tiempo pase, más difícil será recuperarla