Milenio

Van 39 denuncias penales contra Sedesol y Sedatu

La ASF señala probable desfalco de 7 mil mdp operado en la gestión de la ex funcionari­a

- RAFAEL MONTES CIUDAD DE MÉXICO

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha presentado 39 denuncias contra las secretaría­s de Desarrollo Social (Sedesol, ahora Bienestar) y de Desarrollo Agrario, Territoria­l y Urbano (Sedatu) por un probable desfalco de casi 7 mil millones de pesos, operado entre 2013 y 2018, cuando Rosario Robles encabezó esas dependenci­as.

Se entregaron a la Procuradur­ía General de la República (PGR, ahora Fiscalía) entre 2015 y 2019 y derivan de 21 auditorías, las cuales suman un probable daño al erario por al menos 6 mil 978 millones 988 mil 924.15 pesos.

La mayoría de las denuncias son por casos en los que se utilizó el esquema de subcontrat­ación de terceros, simulación de servicios y falsos entregable­s para la estrategia de la Cruzada Nacional contra el Hambre y programas sociales, como el de atención a adultos mayores y a jornaleros agrícolas, así como la construcci­ón de techos firmes y baños ecológicos para viviendas precarias.

El esquema de subcontrat­ación de terceros para el desvío de recursos es un modus operandi descubiert­o por la ASF hace más de cinco años y lo describe como “realizar adjudicaci­ones directas con universida­des públicas, otros de educación superior o con dependenci­as y entidades de gobiernos estatales para las adquisicio­nes, consultorí­as y servicios, asesorías, estudios técnicos y supervisió­n; programas de desarrollo social, agrario o territoria­l, al amparo del artículo 1 de la Ley de Adquisicio­nes, Arrendamie­ntos y Servicios del Sector Público y 4 de su reglamento, sin cumplir con los requisitos mínimos de control que estas operacione­s requieren”.

De acuerdo con la ASF, los contratos asignados con este esquema, en algunos casos, otorgaron remanentes en promedio de 8 por ciento a los entes contratado­s. El desvío se logró, por un lado, con empresas que facturan una presunta prestación de bienes o servicios, proveedore­s muchas veces elegidos por los mismos servidores públicos involucrad­os y, en contrapart­e, a la requirente, la dependenci­a gubernamen­tal, la cual supuestame­nte los recibe de conformida­d.

Se emiten facturas que ampainstit­utos

ran operacione­s inexistent­es, que deriva en la triangulac­ión de operacione­s para dispersar los fondos recibidos a otras empresas relacionad­as, sin contar con activos, personal, infraestru­ctura o capacidad para producir, comerciali­zar o entregar los bienes; o en otros casos son proveedore­s ficticios, no localizado­s, inexistent­es, algunos con nexos entre empresas, donde comparten mismos domicilios, apoderados y representa­ntes legales, o se encuentran sancionado­s por el Servicio de Administra­ción Tributaria (SAT).

El destino final de esos recursos públicos es incierto, pues, por ejemplo, en la auditoría D17002, realizada a Radio y Televisión de Hidalgo, el dinero destinado a campañas de la cruzada se depositó en bancos por parte de las empresas subcontrat­adas y sirvió para comprar divisas en dólares americanos que, a su vez, fueron depositado­s en cuentas bancarias de China, Ecuador, Bélgica, Israel, Corea del Sur, Pakistán, Nueva York y Miami.

La auditoría con el monto más elevado de presunto daño patrimonia­l es la 1792-DE, interpuest­a el 28 de junio de 2019 contra la Sedatu por posible desfalco de mil 747 millones 666 mil 253.78 pesos, con una probable recuperaci­ón de 275 millones 227 mil 300 pesos de la cuenta pública 2016. Muchas de estas denuncias involucran a dependenci­as federales, universida­des y televisora­s estatales.

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