Milenio

La necesidad sobre los deseos

Aunque uno de los objetivos de La Máquina era ya no fichar con el torneo en marcha, se impuso la posibilida­d de traer un delantero que fortalezca esa posición; Brayan Angulo, el elegido

- EDUARDO ESPINOSA CIUDAD DE MÉXICO

A Cruz Azul le urgen goles, eso está claro. Y es tan claro que esta necesidad al final se impuso sobre el deseo manifiesto de Ricardo Peláez de terminar con la mala costumbre que tiene este equipo de fichar refuerzos con el torneo en marcha. No fue posible.

Y es que justo cuando la Jornada 3 va a comenzar, el conjunto cruzazulin­o apenas estará cerrando —si no hay algún contratiem­po— a su último fichaje para esta temporada. Sí, el delantero que tanto había buscado y que por una u otra razón no se había concretado. Y luego de que desfilaron nombres como el de Tavares, Cavallini y Manotas, el ecuatorian­o Brayan Angulo será el que llegue a reforzar esa zona del campo.

Ya hay un acuerdo entre la directiva cruzazulin­a y la del Emelec de Ecuador para la transferen­cia del futbolista, que según ha trascendid­o sería por 7 millones de dólares, así que lo único que falta es el arreglo con Angulo, quien estaría reportando la próxima semana.

Sí, el objetivo que se pregonó de tener al equipo completo para el inicio de torneo no fue posible, pero lo importante es que La Máquina tendría ya en la bolsa al delantero que tanto ha buscado.

Un puesto necesario

Si Cruz Azul no necesitara tanto un centro delantero tal vez se hubiera abstenido de fichar con el torneo en marcha. Es un riesgo que históricam­ente le sale mal a este club, pues entre que llega el jugador, saca la visa de trabajo y se pone a tono, pasa una o dos semanas más; además, lo más difícil es la adaptación. De ahí que Peláez y compañía quisieran eludir este riesgo.

Los números de Angulo invitan a creer que será de esas pocas excepcione­s que sí ha tenido este equipo. A sus 23 años, en este 2019 lleva nueve anotacione­s en 20 partidos con el Emelec —12 de la Liga ecuatorian­a y ocho de la Libertador­es—, un promedio de un gol cada 186 minutos, de acuerdo con el tiempo que registró sobre el terreno de juego.

Y es justo el perfil que buscaba la directiva celeste, que necesita un centro delantero que mantenga un promedio de anotacione­s constante —en 2018 marcó 31 goles en 45 partidos, un tanto cada 138 minutos—, algo que no ha tenido Martín Cauterucci­o en toda su estancia en La Máquina.

Porque si algo quedó claro el semestre pasado es que Cruz Azul se había vuelto muy dependient­e de la efectivida­d de Caraglio. Por ejemplo, de los 28 goles que marcó el cuadro celeste el torneo pasado, 12 fueron de Milton y el más cercano fue Elías Hernández, con tres tantos, los cuales los marcó en las tres primeras jornadas y luego se lesionó en la Jornada 8 y no volvió a jugar.

El promedio de gol de Cruz Azul esa temporada llegó ape nas a 1.4 y en este Apertura lleva un tanto en 180 minutos. Sí, está claro que este equipo necesita goles, aun cuando ello implique el riesgo de las prácticas del pasado.

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• FUENTE: La Afición • INFORMACIÓ­N: Eduardo Espinosa • FOTOGRAFÍA: Reuters

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