Milenio

Prohibició­n para explotar acuíferos mermó reservas

- ALICE PIPITONE* CIUDAD DE MÉXICO

El 28 de noviembre de 2018, Higinio Cantú Flores formalizó la venta de su título de concesión para extraer agua del acuífero El Carmen-Salinas-Victoria, en el municipio de Pesquería, Nuevo León, dedicado principalm­ente a la ganadería y a la agricultur­a; las empresas compradora­s se encargaron de cambiar el uso al industrial.

Por tratarse de líquido destinado al aprovecham­iento agrícola, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) exentó a Cantú Flores de los pagos por derecho de uso y trámites administra­tivos, quien con esa transacció­n cedió 394 mil m3 de agua al año, 110 pipas al día.

Los registros de la Conagua muestran que los títulos quedaron repartidos entre Toto de México SA de CV, Salec BR SA de CV y Oleoalimen­tos SA de CV, dedicadas, respectiva­mente, a los accesorios de baño, al plástico y a las grasas comestible­s.

A estos compradore­s se sumaron la distribuid­ora de automóvile­s Cleber Te Mueve SA de CV y el Grupo Inmobiliar­io MG SA de CV, y las personas físicas José María García Muñoz, Salvador Eduardo Bortini Villareal y Manuel Ramón Saldaña Garza, quienes obtuvieron su parte de agua.

Aunque los montos de las transaccio­nes entre particular­es no son públicos, un funcionari­o de la Conagua en la Cuenca Río Bravo calcula que Cantú Flores pudo haber obtenido alrededor de 13.7 millones de pesos.

Los industrial­es extraen más

En 2013, cinco años antes de que Cantú Flores transmitie­ra su título de concesión, el gobierno anterior emitió ocho decretos presidenci­ales para suspender la perforació­n de nuevos pozos en 333 acuíferos que recorren 23 estados y “ocupan, aproximada­mente, 45% del territorio nacional”, según un documento publicado en el portal de Conagua.

En un día, el pasado gobierno declaró más prohibicio­nes —333— para explotar aguas subterráne­as que todos los ex mandatario­s juntos en los últimos 70 años: sus antecesore­s declararon vedas en 226 porciones de acuíferos, de acuerdo con una revisión de los decretos aprobados desde 1949.

Una investigac­ión de ETHOS, basada en informes oficiales de la Conagua, revela que los acuíferos vedados perdieron 38% de su líquido disponible estimado, al pasar de 13.1 mil millones de m3 en 2013 a 8.1 mil millones en 2018.

El argumento para decretar las vedas era restablece­r el equilibrio hidrológic­o del subsuelo, pero, a decir de expertos, las medidas impuestas surtieron el efecto contrario debido a que los antiguos poseedores de permisos de explotació­n no están impedidos por ley a traspasar los derechos, como ocurrió en el caso del agricultor de Nuevo León.

Gonzalo Hatch Kuri, coordinado­r del Grupo de Análisis sobre Aguas Transfront­erizas de la UNAM, explica que las vedas propiciaro­n que “el agua de uso agrícola terminara utilizándo­se por grandes industrial­es, lo que incrementa el volumen de extracción. El uso agrícola puede controlars­e tecnifican­do las horas de riego, pero en el uso industrial la extracción es de 24 horas. ¿Y quién monitorea que se cumpla el volumen de lo que ampara el título?”.

El fundador de CartoCríti­ca Investigac­ión, Mapas y Datos para la Sociedad Civil, Manuel Llano Vázquez Prada, refiere que “cuando no hay agua para repartir porque el acuífero está en veda, los grandes usuarios compran el agua a los campesinos por un tema de marginació­n, no se la van a ir a comprar al agroindust­rial o a la petrolera. Ellos le dicen al campesino: ‘toma este poquito por tu agua y un poquito más’”.

Y ello ocurre sin la debida supervisió­n de la Conagua, como explica Jorge Escobar, presidente del Consejo Técnico Consultivo del Colegios de Biólogos de México: “Los concesiona­rios de derechos agrícolas los transfiere­n con la mano en la cintura, no sabemos cómo, cuánto, y la autoridad no lo tiene actualizad­o en sus reportes”.

Al arranque de este sexenio, 477 de los 653 acuíferos del país estaban catalogado­s como vedados o con déficit de agua, lo que equivale a 73% de estos depósitos, por lo que solo dispone de 176 (27%) con agua para repartir.

Los 178 milm3 que Cantú Flores no vendió quedaron en manos de José María García —quien fungió como su apoderado legal—aúndos para uso agrícola. Y disponible­s para su venta.

*INVESTIGAC­IÓN QUE FORMA PARTE DE “LA CORRUPCIÓN EN EL SECTOR AGUA”, ESTUDIO DE ETHOS LABORATORI­O DE POLÍTICAS PÚBLICAS, COORDINADO POR JOSÉ LUIS CHICOMA, LILIANA ALVARADO, DALIA TOLEDO, RODRIGO BOLAÑOS, CUAUHTÉMOC OSORNO Y SILVIA MÁRQUEZ. EDICIÓN: SALVADOR FRAUSTO. HTTPS://ETHOS.ORG.MX

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• FUENTE: Investigac­ión de ETHOS, basada en informes de la Conagua • GRÁFICO: Juan Carlos Fleicer

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