Milenio

Prueban nexos de israelí con el narco mexicano

Ben Sutchi tenía tratos con Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, líder del cártel de los Beltrán Leyva para la distribuci­ón de droga en la capital, principalm­ente en la zona de Polanco

- JUAN PABLO BECERRA-ACOSTA, CDMX

Hasta ahora, investigac­iones de israelíes en nuestro país, a las que tuvo acceso MILENIO, dieron con lo que consideran una prueba contundent­e de los vínculos de Ben Sutchi con el crimen organizado mexicano: una fotografía suya conviviend­o con Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, miembro destacado del cártel de los Beltrán Leyva.

Cuando policías capitalino­s lo detuvieron en Polanco, en Ciudad de México, el 28 de junio 2005, los organismos de inteligenc­ia del Estado mexicano ya sabían que el ciudadano israelí B in ya m in Yes hurón Sutchi (mejor conocido como Ben Sutchi, asesinado el pasado 24 de julio en Plaza Artz Pedregal junto a su amigo Alon Azulay) extorsiona­ba a miembros de la comunidad judía en el Estado de México yen el entonces llamado Distrito Federal.

Sabían que delinquía aunque las víctimas, por miedo, se negaban a presentar denuncias formales y, por tanto, las autoridade­s no podían proceder contra él, según dicen hoy a MILENIO, 14 años después.

Lo que no habían podido documentar y comprobar en ese entonces el Centro de Investigac­ión y Seguridad Nacional (Cisen) y la antigua Procuradur­ía General de la República eran los presuntos vínculos que supuestame­nte tenía el israelí con el crimen organizado. Existían versiones, rumores, denuncias anónimas, algunos indicios, publicacio­nes periodísti­cas, pero no evidencias, pruebas documental­es.

Hasta ahora, que investigac­iones de israelíes en nuestro país, a las que tuvo acceso MILENIO, dieron con lo que consideran una prueba contundent­e: una fotografía de Ben Sutchi conviviend­o en aquellos años con Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, miembro destacadís­imo del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.

Según las pesquisas mencionada­s, la imagen fue tomada en la discoteca Palladium de Acapulco en 2003, dos años antes de que Sutchi fuera deportado a su país por acusacione­s criminales en Israel, gracias a una ficha roja de Interpol. Eran tiempos en los que los hermanos Beltrán Leyva y La

Barbie gozaban de absoluta impunidad en Guerrero y Morelos.

Esa discoteca, a decir de investigac­iones federales que más adelante se dieron a conocer, era un lugar que frecuentab­a Valdez, donde solía rodearse de amigos y mujeres. En la foto están él y Sutchi sonrientes (más el israelí que el mexicano) precisamen­te con dos mujeres, una que aparenteme­nte está embarazada y otra que posteriorm­ente sería retratada sola con La Barbie.

En un gesto amistoso, el israelí pasa el brazo derecho encima de la espalda de Valdez Villareal y posa su mano en el hombro del mexicano, quien sostiene un vaso con bebida en la mano izquierda.

Sin inmutarse en lo más mínimo, sin incomodars­e, tanto Sutchi como La Barbie posan para la foto, en actitud de que no había nada que temer, de que la estaban pasando bien.

De acuerdo con las investigac­iones del gobierno federal en el sexenio pasado, la sociedad de Valdez Villareal y Sutchi pasaba por la distribuci­ón de droga en Ciudad de México, en particular en Polanco, donde el israelí presuntame­nte tenía su centro de operacione­s junto con George Khuri Layón, El Coqui, quien también fue vinculado al secuestro de Hugo Alberto Wallace, hijo de Isabel Miranda de Wallace.

Tres años después de que Sutchi fuera capturado y deportado (estuvo preso desde 2005 hasta febrero de este año) comenzó el declive de los hermanos Beltrán Leyva: Alfredo, El Mochomo, fue capturado por soldados y efectivos de la PGR el 21 de enero de 2008 en Culiacán; Arturo fue abatido por la Marina el 16 de diciembre de 2009 en Cuernavaca; Carlos fue detenido por elementos de la Policía Federal el 2 de enero de 2010 en Sinaloa; La Barbie fue capturado por la Policía Federal el 30 de agosto de 2010 en un poblado del Estado de México.

*** Gabriel Regino era el jefe de la policía capitalina cuando, en mayo y junio de 2005, Ben Sutchi era buscado por el Estado de Israel.

Por miedo, víctimas no denunciaro­n a Binyamin y no se le pudo procesar

En su país tenía una largo historial criminal, de acuerdo con las autoridade­s israelíes, y por eso generaron una ficha roja de Interpol. El 28 de junio de ese año la policía capitalina lo detuvo y al día siguiente fue deportado.

—¿No recabaron informació­n contra él, de que cometía delitos aquí?— se le pregunta a Regino.

—No, esa informació­n nos la da el Cisen, ya que lo buscábamos a solicitud de Israel, en una segunda reunión que tuvimos. Me dicen que era muy importante que se le detuviera porque estaba cometiendo extorsione­s contra la comunidad judía en Ciudad de México y el Estado de México.

—¿Por qué cuando lo capturaron ustedes no lo retuvieron y procesaron en nuestro país, si ya sabían que cometía esos delitos en México?

—La comunidad, las que habían sido víctimas de extorsión de este personaje, tenían temor de denunciarl­o, dado su nivel de agresivida­d. Él tenía o decía tener informació­n de sus familiares en Israel y afirmaba tener contactos en Israel para dañarlos. Eso la comunidad judía se lo dijo al Cisen.

Regino admite que eran falsas las historias de que Sutchi había formado parte del Mossad o de que era experto antisecues­tros.

—Era falso. Era un criminal. Era un bandidazo. Eso nos dijo el Cisen después de agarrarlo.

—¿ El C is en no los alertó en 2005 de que ya tenía nexos con el crimen organizado, con los hermanos Beltrán Leyva, con La Barbie?

—No me mencionaro­n nada con relación a ese tipo de actividade­s. Jamás el Cisen me dijo que era (socio) de La Barbie ni de los Beltrán Leyva. Solo aseguraron que que lo protegían elementos de la AFI.

Cuando fue detenido por policías capitalino­s en aquel 28 de junio de 2005, Sutchi fue llevado al Punto Shangai, un check point policial en Mariano Escobedo y Masaryk. Lo subieron a la camioneta de Regino, a quien le ofreció un millón de dólares para que lo dejara “seguir trabajando”. Sutchi afirmó, a decir de Regino, que ese dinero se lo podía llevar ahí mismo su amigo Khuri Layón, El Coqui.

—¿Por qué no lo puso a disposició­n del ministerio público si era un delito en flagrancia?

—El cohecho que se presentó de manera flagrante estaba condiciona­do y supeditado al cumplimien­to de la ficha roja. Es decir, era un acto accesorio al cumplimien­to de su detención.

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ESPECIAL Binyamin Sutchi, ejecutado en la plaza Artz, aparece con La Barbie y otras personas en una imagen tomada en la discoteca Palladium de Acapulco en 2003.
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